Recibir un ramos de flores frescas es para nosotras una delicia que disfrutamos intensamente por su belleza y su aroma (podéis ver en este enlace la "fórmula magistral" que usamos para que duren el máximo posible y en el mejor estado). Pero, además, siempre vemos en ellos una oportunidad...
Una vez que el ramo ha llegado a su fin, lo "destripamos" en busca de cualquier elemento aprovechable...
En este caso, algunos manojos de paniculata rosa y blanca...,
..., que, convenientemente cortada y agrupada, da como resultado este coqueto buquet .
La rociamos con laca del pelo para evitar al máximo su caída...,
Y listo, solo hay que esperar que seque para buscarle un lugar donde lucir.
En un rincón de la cocina tenemos dos pequeñas peanas donde nunca hemos conseguido que crezca ninguna planta...
Resulta curioso, pues está al lado de una ventana, pero, seguramente, la orientación no sea la adecuada.
Colocar estas flores secas nos ha parecido una bonita apuesta para el cisne vintage, y para decorar con algo de Naturaleza este pequeño espacio.
..., igual que hicimos con estas otras, recuperadas de otro ramo, y que encajaron en nuestra vinagrera tan retro.
Lo dicho; en cada ramillete vemos una oportunidad de conseguir otro que, probablemente, perdurará más en el tiempo y que incrementa, a nuestros ojos, el emotivo valor del original.
Y con este florido post, nos despedimos hasta el viernes que viene pues, queremos tomarnos el puente de descanso. Tanto si os vais de viaje como si no, disfrutad mucho y
¡SED FELICES!