Revista Infancia

De regreso…

Por Pingüicas

De regreso…

Ustedes disculparán las últimas semanas de abandono del blog, pero vengo regresando de unas largas vacaciones familiares. Tenía toda la intención de escribir en mis ratos libres, pero seamos honestos, ¿cuánto tiempo libre realmente tienes cuando estás de viaje con tres niños pequeños?

Y es que ahora el significado de vacaciones es muy diferente a lo que era antes… despertar tarde, echarte a leer por horas en el camastro, tal vez una siesta a medio día, comidas tranquilas con largas sobremesas y una copita de vino antes de dormir.

No, señores. Sin importar que estemos de vacaciones, los niños despiertan igual (o más) temprano, listos para comenzar el día. Salir a la alberca o a la playa implica una larga sesión de embarradero de bloqueador solar en la que los niños cooperan lo menos y se quejan lo más posible. Empacas flotadores, llantas, pelotas, palitas, cubetas, gogles, gorritos, una muda seca, pañales acuáticos, pañales no-acuáticos y por supuesto, más bloqueador solar. Tu libro… mejor lo dejas en el cuarto. Cuando finalmente llegas al agua, ya es hora de la siesta de uno de ellos y el otro muere de hambre. El tercero tiene complejo de pez y no hay poder humano que lo pueda convencer de salirse de la alberca.

La hora (o la media hora) de la comida tiene que ser lo más rápida posible porque les urge construir un castillo de arena, explorar las rocas que se ven a lo lejos o entrar a la escondite que acaban de descubrir entre los árboles.

No paran. Acaban muertos y tú, todavía más.

De regreso…

¿Un ratito para escribir? No, no hubo ninguno. Lo siento… bueno, la verdad, no. Y es que fueron tres semanas de: Pablo, Pía, Luca, tiempo ininterrumpido con su papá, abuelos, primos, tíos, playa, lago, río, cascada, alberca, parque, avión, canoa, cañas de pescar, caminatas, picnics, fogatas, fuegos artificiales, museos, montañas rusas, ruedas de la fortuna, risas, sonrisas, abrazos y helado… mucho helado.

Caminamos por la playa, coleccionando piedras y conchas; vimos atardeceres que te dejan sin palabras; atrapamos luciérnagas y llegamos a lo más alto de las dunas de arena.

De regreso…

Sin computadora. Sin celular. Sin Facebook. Sin Twitter. Sin blog.

Una pausa… fue una delicia.

Pero ahora sí, ya estamos de regreso. Lectores, gracias por su paciencia.


Volver a la Portada de Logo Paperblog