Quinto relato breve con las palabras de Vuestras consignas, mi relato. Tocaban dignidad, herrete y descontantinoplización.
Los herretes de sus zapatos hicieron pitar el detector de metales, lo que le hizo recibir una mirada colérica del guardia de seguridad. Se los quitó con dignidad y los puso en la cinta; solo faltaba tener algún problema ahora, que se marchaba de esa ciudad que había amado tanto. Mucho más que al hombre por el que se había mudado a ella y que, ahora que se había cansado de su amante, había movido hilos para que l e denegaran la renovación de su permiso de residencia y tuviera que volver a su patria.
Por fin pasó los controles de seguridad y tomó el avión rumbo a España. Pensó que el proceso de descontantinoplización sería duro, pero el cálido recibimiento que le dieron sus familiares la hizo sentir como si hubiera despertado de un sueño terrible en un lugar maravilloso y por fin hubiera vuelto al lugar al que pertenecía. Por eso, cuando él se arrepintió de haberla dejado y le ofreció la posibilidad de volver a vivir juntos, ella le dijo que no. Volvería a Estambul, sin duda, pero como una turista anónima que se perdería entre sus calles y las disfrutaría sin tener que seguir los horarios y los caprichos de su exigente amante. Y es que él, al dejarla, le había hecho descubrir dos verdades: que más vale sola que mal acompañada y que, aunque Estambul era su amor, España era su hogar.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia