A veces, cuando no sabes si alguien se puede molestar porque les estás dibujando, escoges un plano “de reojo” y, a hurtadillas, sin que nadie se de cuenta, lo dibujas.
El motivo no es el más “agradecido” pero la terapia funciona igual…
A veces, cuando no sabes si alguien se puede molestar porque les estás dibujando, escoges un plano “de reojo” y, a hurtadillas, sin que nadie se de cuenta, lo dibujas.
El motivo no es el más “agradecido” pero la terapia funciona igual…