De sorpasso a sorpresa

Gusta la marcha del PP, sea salsa, merengue o bachata. Se confirma la tendencia masoquista. La corrupción, la política de cloaca y conspiración de Estado ha obtenido setecientos mil votos más que el 20 diciembre. Pasó de 7,2 millones a 7,9 este 26 junio. Tras dejarnos torear, estamos listos para el “descabello”.

El PSOE sigue de mal en peor. Ayer superó el pésimo resultado histórico obtenido el 20D. Es lo único que supera últimamente. El motivo de su alegría es porque pierden menos de lo esperado, celebrando el resultado como si hubiesen ganado. Festejan haber quedado segundos porque viven obsesionados con el tercero, el recién llegado. Enganchados al espejo retrovisor, renunciaron a mirar para delante. Su sorpresa fue vencer al fantasma del sorpasso. Me alegro de que la gente aprenda a ser feliz aunque sea por un “segundo”, no ser el líder no tiene por qué suponer un fracaso. Moraleja.

Podemos ir Unidos pero UNIDOS NO PODEMOS. La empanada de siglas no gustó. Empachó. La unión no hizo la fuerza, sino la resta, y mucha. La ilusión tiene un techo más bajo que la indecencia, de momento. Lo nuevo envejece rápido y lo clásico nunca muere. Huele a coleta quemada, a prepotencia muerta. Que se la corte Iglesias y de la alternativa a Errejón. Es el más listo de la clase, tanto que ya había vaticinado el fracaso de la unión si se sumaban a IU. Es la visión, por lo visto.

Con Ciudadanos, los naranja, se hizo un zumo el PP. La centralidad se descentró, de tanto moverse acabó por marear. La derecha original le ganó a la copia. Es muy derecha y mucha derecha. Ciudadanos ha demostrado tantas cosas, según Rivera, que han quedado de cuartos. A ver si aprenden a demostrar menos.

Fue una semana agitada. Reino Unido sale de la UE (ya veremos) por la puerta de la ignorancia y a río revuelto se afianza un poco el bipartidismo. Al miedo no le gustan las dudas, pero si las mentiras. Con eso puede ir tirando.