Todo el mundo conoce el caso Gürtel; es el atraco que los señores del PP han procedido a realizar contra las arcas públicas.
Pero, ¿soy yo el único que se ha dado cuenta de lo repetitivo y cansino de este caso? Los militantes de las dos formaciones políticas “más importantes” del panorama estatal no paran de canturrear sus cánticos victimistas y de pasarse el marrón la una a la otra. Empieza el PP por supuesto, en unos casos negando la mayor de las corrupciones conocida en años -solo hay que echar un vistazo a las acusaciones contra Garzón para darse cuenta de que el sistema judicial está lleno de bolcheviques- y en otros pasandole el testigo al PSOE acusándolos de haber hecho lo mismo con Filesa -espero que no con vistas de hacer el robo de lo público constitucional-. Continua el PSOE, que parece que quiere utilizar este delito del PP para acabar con su propia culpa, dando la orden a su militancia de que coloquen su discurso en modo “bucle infinito”, hablando solo de este tema intentando hacer el máximo daño posible. Le dan tantísimo bombo que esta empezando a parecer que ellos mismos están implicados.
En esta tesitura no nos queda otra que ver como distintos acontecimientos se resuelven de la misma manera, el PP le hecha la culpa al PSOE de que se rompe España y el PSOE al PP de ser rancios y obtusos. Es lo único que todavía se creen sus fieles, ya que difícilmente nos creeremos que únicamente en el PP se encuentran nuestros amos -el que más y el que menos ha saboreado alguna vez “las mieles” de tener a un progresista de jefe en el trabajo- y que el PSOE defiende los intereses de los trabajadores. Nuestro amigo Goebbels estaría orgullosísimo de ver lo bien que caló su paradigma y lo resistente que aún es hoy día.
Lo único que les queda a estos dos dinosaurios políticos es esperar que el otro sea peor antes de las elecciones y no envejecer mucho en el trayecto. Cuídado con la artritis, en este ámbito es contagiosa. Nada que ver con la edad.