El senador ¿demócrata? Eric Adams se hizo famoso en Estados Unidos por querer prohibir usar los pantalones como le saliera de los cojones a quien los lleve. Lo que comenzó siendo una simple campaña para darse a conocer, porque en Nueva York no lo conocía ni su padre, se convirtió en una de las mayores barrabasadas legislativas estadounidenses de los tiempos modernos, a la que, como no, se unieron seis localidades del sur profundo de Luisiana - en Delcambre incluso puede terminar entre rejas por llevar los pantalones caídos-. El argumento, la indecencia.
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El concejal de Atlanta, C.T. Martin, incluso ha reconocido que la medida está encaminada a evitar que se vea la ropa interior por encima de la cintura del pantalón, en referencia directa a que las muchachitas enseñen el tirachinas, ya que, según él, esta moda va en contra de todas las leyes de ¿decencia? del Estado. La iniciativa legislativa será declarada inconstitucional, de todas todas, estaría bueno. Es más, todos los casos de personas multadas o encarceladas durante 24 horas han sido declarados sobreseidos en cuanto llegan ante un juez, por razones obvias. El juez Paul Moyle, del distrito de Palm Beach, ha llegado a amenazar seriamente a la policía por vulnerar los derechos constitucionales de los ciudadanos.
No voy a entrar en qué pienso sobre legislar la decencia o indecencia de ponerse como a uno le dé la real gana una prenda de vestir, o no ponérsela, que esa es otra, pero sí me gustaría dejar claro que legislar sobre cómo se vista o no se vista una mujer vulnera el derecho de la mujer a vestirse como le salga del potorro que, hablando de todo un poco, está protegido por ley, porque, no nos engañemos, esta legislación de cavernícolas y fundamentalistas religiosos está dirigida, única, exclusiva y directamente al uso que las féminas hacen del pantalón caído, y quien diga lo contrario miente como el desgraciado que es. Tanto es así que el susodicho Martin quiere prohibir el uso del sujetador deportivo en público que, para quien no sepa cómo es, tiene la forma de un top ajustado - más claro el agua-.
En general, a los europeos este tipo de cosas nos despierta una sonrisa. Lo normal es que pensemos "Esta panda de paletos mogigatos...", meneando la cabeza. Claro que, como bien señala el dicho, siempre dice quien tiene que le digan.
En Europa estamos asistiendo a todo un alarde de medidas anticrisis, entre las que nos encontramos con la prohibición de prendas de vestir femeninas, para ser exacto el burka o niqab, y además, al igual que en el caso del cateto Adams, porque da votos, no por otra cosa, y, al igual que él y el Martin, incidiendo directamente sobre la libertad femenina a vestir como les dé la real gana, y quien diga lo contrario miente como un bellaco.
Hace ya algún tiempo, cuando una chica de instituto se empeñó en llevar pañuelo en clase - las razones me son indiferentes y, además, deberían sernos indiferentes a todos-, contraviniendo las normas del centro, dije que si la norma interna impide llevar la cabeza tapada en clase eso implica que un chico no puede llevar una gorra de AC/DC y que una chica no puede llevar pañuelo, porque la norma es igual para todos, es decir, no discrimina por el género del alumno. Si el centro hiciera la vista gorda con una chica por razones culturales, tendría que hacer lo propio con la gorra de AC/DC, es más, personalmente, me da más respeto la gorra del egregio grupo de música que el pañuelito de marras. Sin embargo, esa norma no impide que la chica del instituto no pueda llevar el pañuelo fuera del centro, estaría bueno.
Es entendible, también para cualquier musulmana, y hacerse las tontas no les exonera de dicho entendimiento, que no se puede entrar en un centro oficial con la cara tapada, repito, la cara, es decir, yo no puedo pretender entrar en el edificio de Hacienda con un pasamontañas, ni por imperativo cultural ni porque me dé vergüenza enseñar el pedazo de adefesio que soy. Es de lógica pura, me guste o no me guste. Pero nadie me puede impedir ir por la calle en pelotas con un pasamontañas y los calcetines - estos últimos porque en algún sitio tendré que meter el DNI-, y si quieren les enumero las leyes que protegen mi derecho a hacerlo, si me da la gana. O lo que es lo mismo, una cosa es prohibir que alguien entre en un edificio oficial con la cara tapada y otra muy diferente que, de forma específica, se prohiba una prenda que tape la cara para andar por la calle y, peor aún, una prenda que sólo usen mujeres, porque, como dije antes, el derecho de la mujer a vestirse como le dé la gana está protegido por ley.
Sé que alguien dirá que una mujer se pone el burka porque la obligan a ello. Bien, si es así y quien lo dice tiene pruebas de ello, pues oiga, no sé a qué está esperando para irse a un juzgado y poner la denuncia correspondiente - tal vez alguna de esas chiquillas que van enseñando el tirachinas por la calle sufra esa imposición por parte de alguien, y si lo piensa haga lo propio-. Ni se debe ni se pueden aprobar medidas judiciales que afecten sólo a una parte de la población por razones de género, cultura o religión, eso es inconstitucional y tiene un nombre, a ver, repita conmigo, discriminación... otra vez, discriminación. Si se prohibe el pañuelo, que también hubo quien lo insinuó - no vayan a creer que me olvido-, esa prohibición debe ser extensible al hábito de monja, por ejemplo, y se prohibe el llevar la cara tapada por la calle, eso debe ser extensible a los motoristas que en invierno se la tapan, o a mi, que voy por la calle en pelotas con un pasamontañas. Se llama igualdad, está respaldada por la Constitución y protegida por nuestro Estado de Derecho.
Les guste o no les guste, demócratas de postal, lalalala.
A propósito, hay una pregunta en un foro cristiano patrio que me gustaría compartir con ustedes, porque viene a colación... ¿Puede una mujer cristiana vestir de pantalón, sobre todo si son ajustados? (¿¿¿...???)
¡¡¡Tócate los huevos!!!
Un artículo, un vídeo
Dedicado a todos los que gustan de prohibir, a ver si se dedican a trabajar y se dejan de monsergas
Buenas noches, y buena suerte...
Ôo-~
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 05 julio a las 00:49
Me parece que mezclar el tocino con la velocidad además de ser demagógico es de necios porque el tema está clarisimo, al menos para una mujer que sabe y se impone los mismos derechos que los hombres... El tema del burka no se puede comparar ni con un pañuelo ni con un tirachinas ni nada por el estilo. Esta prenda es una carcel para la mujer. Ni la deja ver con claridad, su visión se reduce enormemente -no pueden ver por los lados y con el tiempo produce serias lesiones- El calor y el peso que produce es una tortura porque nosolo se trata del burka sino de toda la vestimenta, echa para que la mujer no pueda tener la libertad de ver, tratar y ser libre como persona. y como mujer ver a otra con un saco en la cabeza -lo he visto- es una humillación indescriptible además de producirme una furia ciega contra esos machistas, enfermos, acomplejados e involucionados tipos que por miedo a enfrentarse con la verdad de un ser humano iguales a ellos la sometan con la violencia, la negación a la cultura y a la vida pública para sentirse superiores. Para mi no merece siquiera ningún tipo de debate. Es intolerable y punto. Y lo que se debería hacer -en un pais que se dice democratico- es preocuparse por abrir los ojos a esas mujeres que vienen de paises y culturas tercermundistas a verse como lo que son: seres humanos con los mismos derechos que sus padres, hermanos,maridos...que no tienen que esconderse en sacos ni andar detras de ellos, que no son ciudadanos de segunda, que los que ellas creen que las protegen las están masacrando, humillando, torturando y asesinando desde hace siglos en nombre de un dios muy conveniente para esas mentes atrasadas... y permitir cualquier signo de vejación en nombre de la "cultura y tradición" hacía un ser humano es abrir el camino para la involución y destrucción de todo el trabajo y lucha de tantos seres que han luchado para ser más libres. Nuestras democracías -occidentales- no son perfectas, pero viajar a esos paises donde se imponen esas leyes contra la igualdad y libertad, en particular contra la mujer, es dar mil gracías por estar en este lado.