Cuando en todo México escuchamos o leemos sobre el costo de obras de relumbrón ya la mayoría ni se inmuta, es como ver llover desde un lugar protegido. Hoy por la mañana leía sobre el supuesto costo de la torre Bicentenario, algo así como 690 millones de pesos.
Y me vuelvo a preguntar: ¿Bueno, estos hijos de la chingada que no tendrán prioridades para dilapidar nuestro dinero? Bueno para dilapidarlo si se ve que las tienen, lo que deberían de tener es prioridades para darle un uso correcto al dinero de todos nosotros.
El año pasado escribía en este mismo espacio sobre la Sra. Isabel Miranda de Wallace y sugería que el gobierno debería destinar parte de lo que gasta en obras de relumbrón para crear organismos efectivos de combate a la delincuencia organizada, la otra delincuencia se combate de otra forma.
En cada una de las principales 20 ciudades del país debería haber una policía federal militarizada, que se dedicara mediante las nuevas tecnologías a detectar acciones criminales y lo que es más importante a prevenirlas, eso si sería una forma adecuada de celebrar el bicentenario, no mamadas de monumentos.
Es más, con el mismo dinero incautado a narcotraficantes y extorsionadores se auto financiaría el proyecto, de esta manera en pocos años lograríamos demostrar a todos que ser maleante tiene castigo en México, que no solo es disfrutar de narco corridos a nombre de los capos importantes y que quien la hace la paga.
Estoy seguro que hay cientos de necesidades básicas que se pudieran cubrir con el despilfarro de nuestros políticos, por ejemplo limitar el costo de las campañas y el uso de medios publicitarios a cada gobernante para echarse porras, ese dinero debe ser para facilitar la creación de fuentes de empleo, como por ejemplo exentar del predial y de impuestos adicionales a nuevas empresas por determinados años, previa comprobación bimestral de los pagos al IMSS y otros candados adicionales de manera que si haya una mejora real en la economía.