Revista Religión
De todas las cosas bellas
que Dios un día creara,
de cada una de ellas,
cogió lo que más gustaba.
De las aves, su sonido;
de las aguas, su limpieza;
de una estrella, el resplandor;
de las flores, su belleza;
del campo, su alma tan fresca;
del cielo, su inmensidad;
de la mar, su poderío;
y del hombre, su bondad.
Así creó lo más bello,
lo más limpio y con más brillo
como el mar tan poderoso,
tan inmenso como el cielo,
como el ser más bondadoso.
Así creó a mi Pastora,
allí arribita en los cielo,
allí culminó su obra,
allá donde todo es bello.
Y dejó que Ella escogiera
donde más lo deseara,
casa bendita en la Tierra,
junto a quienes la adoraban
y entre quienes la querían,
escogió a su Cantillana.
Por eso, el cantillanero
siempre da gracias a Dios,
por hacerlo Pastoreño.
Antonio Portillo Daza
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