La leyenda de este santo antiguo mezcla probablemente dos y hasta tres personajes de diferentes épocas y lugares. Su leyenda dice que vivió entre los siglos III y IV. Era obispo de Antioquia de Siria en tiempos de la persecución de Diocleciano y y Maximiano. Siendo obispo de tan importante sede, tuvo que huir a las montañas del Líbano para salvar su vida, donde le alimentaban los cuervos.
A pesar de su ocultamiento, fue descubierto y llevado preso a la ciudad. Allí fue interrogado y sometido a numerosas torturas como ser apaleado, azotado con plomos, rasgados sus costados, o sufrir la brea fundida. Pero nada lograba hacerle daño ni apartarle de Cristo.
Le arrojaron a la cárcel, donde sanó milagrosamente a algunos cristianos. También convirtió a cientos de paganos presos al cristianismo, quienes confesaron su fe. Súpolo Maximiano y le mandó traer a su presencia, conminándole, una vez más, a sacrificar a los dioses, a lo que Erasmo se negó. Comenzaron otra vez los tormentos: le pusieron un arnés al rojo vivo en el cuerpo, pero no recibió quemadura alguna. Luego lo metieron en una olla de plomo derretido, pero no sufrió su cuerpo. Otra vez le metieron en la prisión.
Esa noche se le apareció un ángel y le dijo: "Erasmo, levántate, porque todavía tienes muchas almas que ganar para el Señor". Entonces abrió las puertas de la celda y haciendo caer dormidos a los carceleros, sacó a Erasmo de la prisión. Ya libre, el ángel le anunció que debía ir a Formiae, la actual Formio, en Campania. Otra versión dice que el ángel le llevó volando él mismo. Y una tercera dice que antes de ir a Campania predicó en la región de Iliria, en los Balcanes, de donde también le transportó su ángel hacia Formio.
En este sitio predicó el Evangelio a la multitud, convirtiendo a miles de personas. Realizó estupendos milagros, lo cual provocó muchas más conversiones. Un día, estando predicando, se oyó una voz del celo que clamó: "Erasmo, mi fiel servidor, luchaste como un buen soldado; ven aquí y recibe la corona". Entonces el santo humildemente inclinó la cabeza y respondió: "Señor, recibe mi espíritu en paz", y expiró dulcemente, viéndose su alma subir al cielo en forma de paloma.
Hasta aquí la leyenda, que data del siglo VI y que une en un solo personaje a un posible obispo y mártir sirio y a otro que habría predicado en la zona de Campania, no mártir, al parecer. Sin embargo, para rizar más el rizo, a partir del siglo XIII, tal vez con la Leyenda Áurea del Beato Jacobo La Vorágine (13 de agosto) los tormentos aumentan, padeciendo la exungulación, un clavo en la frente, la fractura de los huesos y la ceguera. Con la diferencia de que, en esta versión tardía, si que sufre heridas, pero es sanado milagrosamente por el ángel.
Tormentos de San Erasmo.
En esta adaptación, no obstante, se le hace morir mártir de un atroz tormento: le abrieron el abdomen y le sacaron las tripas enrollándolas en un torno. No es casual que este sea su principal atributo, pues esta leyenda nació probablemente por la mala interpretación de un atributo primitivo: una cuerda enrollada en un torno, que evidenciaba su patronato sobre los marinos de Campania. Contando su leyenda tantos tormentos, pues no importaba añadir uno más, este siendo "evidente" por lo que se creyó eran las tripas en un molinete, siendo una jarcia. Los italianos le llaman "santo Elmo", nombre que se castellanizó como "San Telmo", dando nombre a unas curiosas luces que se forman en los mástiles de los barcos avisando tormenta eléctrica. Esto, por supuesto, dio pie a su poderosa protección sobre el gremio del mar, y a tal punto que el dominico San Pedro González (14 y 27 de abril), protector de marinos españoles y potugueses, ganó el sobrenombre de "Telmo" para siempre, uniéndolo a nuestro San Erasmo o Elmo.
San Erasmo es patrono de marineros, del buen parto, de torneros, carniceros, curtidores, tejedores y criadores de animales. Se le invoca, como no, contra los cólicos, las heridas, los dolores de intestinos, la diarrea y el estreñimiento. Es uno de los célebres Catorce Santos Auxiliares (8 de agosto).
En 804 sus reliquias fueron trasladadas de Formio a Gaeta, donde continúan y son muy veneradas aún hoy.
Fuentes:
-"Año cristiano". Volumen 6. R.P JEAN CROISSET. Madrid, 1847.
A 2 de junio además se celebra a:
San Eugenio I, papa.
San Sadoc y compañeros
dominicos mártires.
Santa Blandina
y los mártires de Lyon.