San Landoald,
ataviado como cardenal.
Según estos documentos, en el siglo VII, San Amando de Maastricht (6 de febrero y 15 de mayo) llegó a Roma, ante el papa San Martín I (13 de abril), para que le permitiera volver a la misión itinerante, actividad a la que se había dedicado antes de ser nombrado obispo de la prestigiosa sede de Maastricht. El papa le dio su bendición para que misionara a lo que hoy son los Países Bajos meridionales. Le dotó con reliquias y libros, y con lo más preciado: discípulos y compañeros de misiones, el sacerdote romano Landoald, su diácono Amancio, otro presbítero llamado Adriano y siete vírgenes consagradas, entre ellas la propia hermana de Landoald, Vinciana, y otra llamada Aldetrudis.
Misionaron en toda la zona entre el Mosa y Escalda, y luego de la muerte de San Amando, fue fiel ayudante de los obispos de Maastricht, San Amando y de San Remaclius (3 de septiembre) cuando el primero renunció, y luego de San Theodard (10 de septiembre). El rey de Austrasia, Childerico II, más de una vez le dotó con bienes y facultades, para desempeñar su misión entre los cristianos y los muchos paganos que aún quedaban. En 659 recibió unas tierras en donación y construyó una bellísima iglesia dedicada a San Pedro Apòstol en Wintershoven, donde su hermana Vinciana y las otras jóvenes se dedicaron a la vida monástica, bajo la dirección de Landoald. La relación de esta fundación en la “Vita” escrita por Notker, recoge varios milagros, como el de hacer brotar agua de una peña, árboles que se arrancaban solos, animales que cedían el espacio, etc. Vinciana moriría en 653, según estas actas mencionadas anteriormente, y sería enterrada en esta misma iglesia, y años más tarde la acompañaría Landoald.
Santa Vinciana
En 735 el cuerpo del santo se llevaría a Maastricht por miedo a las invasiones normandas. En el siglo VIII, San Floribert de Lieja (27 de abril) realizó la elevación y traslación de las reliquias de Landoald, Vinciana, Adriano y Amancio (junto con las de Adeltrudis y Santa Landrada de Munsterbilzen), lo que se considera una canonización formal. En 980, las reliquias de Landoald y compañeros, añadido a Julián (otro presbítero que no forma parte del grupo original) fueron trasladadas solemnemente a la abadía de San Bavón de Gante, y se compuso el oficio litúrgico propio que aún conservan.Hasta aquí todo se puede documentar históricamente, el problema surge cuando se intenta dar a conocer otros datos de vida y muerte de estos santos, y es donde la historia se vuelve tradición, y de ahí a leyenda. Según esta, Adriano y Julián (el agregado) fueron mártires a manos de unos bandidos, mientras iban de camino de Maastricht a Wintershoven a predicar y pedir limosnas. Su memoria es a 13 de junio. La iconografía de San Landoald ha sido generosa con él, y le ha hecho cardenal, en virtud de haber sido enviado por el papa, aunque no lo fue; y aún más, lo vemos de obispo y abad en no pocas representaciones medievales y renacentistas. El Acta Sanctorum le llama “archipresbítero”. A lo sumo, podríamos verle como legado papal, aunque en realidad solo fue un gran misionero, que no es poco.
-"Vidas de los Santos". Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-“VITA Iussu Nodgeri Episcopi Leodiensis ab Harigero scripta”. Acta Santorum. Volumen VII.