Revista Cultura y Ocio

De un misionero pescador y maldiciente.

Por Santos1
San Loevan de Bretaña, monje. 14 de agosto, 14 de octubre y 12 de noviembre.
De un misionero pescador y maldiciente.Fue discípulo de San Pablo Aureliano (12 de marzo) y de San Tugdual de Bretaña (30 de noviembre), a quien acompañó en su misión evangelizadora a Bretaña junto a San Ruellin (28 de febrero), San Kirecg (17 de febrero), San Goneri (18 de julio), San Brioc (17 de diciembre), San Meryn (4 de abril), Santa Libouban (25 de mayo), madre de Goneri, y Santa Meheleu (9 de octubre), una viuda que les atendía. Al llegar a la costa vieron un barco que les esperaba, subieron y aunque no había tripulación comenzaron a navegar hasta llegar a Ker-Morvan, región de Léon. Desembarcaron y el navío despareció. El señor local de Léon, Iona I (primo lejano de Tugdual), les dio unas tierras y Tugdual construyó un pequeño monasterio, donde hoy se encuentra la iglesia de Tre-Pabu.

Su leyenda cuenta que, cuando era ermitaño, un día atrapó dos peces grandes con un solo anzuelo. Le dio pena de los animales, pues era él solo para comer y llevarse los dos peces sería matar uno en vano, por lo cual los devolvió al agua. Pero he aquí que una vez más los dos peces quedaron enganchados en el anzuelo. De nuevo al agua. Y una tercera vez, así que el santo creyó que aquello sería signo de algo. Tomó los peces y se fue a su ermita, y al llegar vio que su hermana Breage estaba de visita con sus dos hijos. Como eran pobres y pocas veces comían bien, de los dos peces no quedaron ni las espinas.

Otra leyenda popular cuenta que un día en que el santo estaba pescando (se le daría bien), una mujer llamada Juana le recriminó lo hiciera siendo domingo. Entonces el santo se vengó jurando que todas las niñas llamadas Juana que fueran bautizadas en su iglesia, ya pública, morirían. Hasta hoy las niñas para las cuales elijan este nombre, son bautizadas en la parroquia vecina, Sennes.

Y una tercera leyenda cuenta que Loevan falleció a causa de que una piedra de granito le cayó en la cabeza mientras construía una portada nueva en su ermita. Dicha piedra aún se señala y la tradición dice que el día que un caballo pase sobre ella con sus alforjas, será signo del fin del mundo.


Fuentes:

-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 14 de agosto además se celebra a:


De un misionero pescador y maldiciente.

Santa Atanasia de
Aegina, abadesa

De un misionero pescador y maldiciente.

San Eusebio de Roma,
presbítero mártir

De un misionero pescador y maldiciente.

San Marcelo de Apamea,
obispo y mártir



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