"La investigación plantea la envidia como resultado de una competición por unos recursos limitados. Lo que se demuestra en el artículo es que hay poderosas razones evolutivas para que seamos envidiosos y, por tanto, que la llevamos codificada en los genes".
Es, cuando menos, interesante...e inquietante. Lo cierto es que si es así, y seguro que lo es dado que seguramente estas conclusiones son el resultado de un estudio muy sesudo, vendría a significar que antaño se envidiaba la cantidad de vacas del vecino y ahora el último modelo de iPhone porque no se puede evitar. Vamos, porque estamos programados para ser envidiosos.
iPhone 4s vs. iPhone 5 Así que espero que os quede claro que podéis envidiar a placer porque, a fin de cuentas, no es culpa vuestra. Es algo natural. Por eso, a nadie extrañará que en todos sitios se hagan largas listas de "Objetos más deseados" (es decir más envidiados), "Coches más deseados" (sí, más envidiados), "Móviles más deseados" (ejem), "Hombres más deseados" (uppss, me temo que estos van a ser deseados de verdad) y un largo etcétera... Es casi -y que me perdone lady Lujuria- como un impulso sexual... Incontrolable. Así que ahora, que ya he abierto la caja de Pandora, ya sabéis, pecad y envidiad... Por que, a fin de cuentas, somos humanos. ¡Hasta la semana que viene!

