¡Por fin hay fecha! La verdad es que no he dormido nada bien y no porque haya entrado un mosquito tigre en mi habitación todas las noches para chuparme la sangre como lo hace el abogado de mi ex esposa (que aunque no entra todas las noches en mí habitación, sí me chupa la sangre), sino que no he podido conciliar el sueño hasta ayer, día en el que me enteré de que ya hay fecha para el debate que marcará el punto de inflexión de una campaña electoral que comenzará el 3 de noviembre con la tradicional y raída pegada de carteles. La fecha elegida para el enfrentamiento entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy será el 7 de noviembre.
Para los que no dispongan de calendario, comentarles que he buscado la fecha indicada. Para ello, he tenido que pasar de Tracy; Miss Octubre, a Stacy; Miss Noviembre y adelanto, al ver la foto de mi almanaque, que va a ser un mes con muchas curvas. Pues buscando entre tantas elipses cárnicas, he podido dilucidar que la fecha elegida por los candidatos cae un lunes. A eso yo no lo llamo estrategia política sino más bien maniobra de “perro viejo” porque, si el debate lo hubieran puesto un miércoles no lo habría visto nadie ya que ese es el día del espectador en la mayoría de los cines de España y con lo mal que está todo cómo para estar perdiendo la oportunidad de pagar menos en las salas de proyección.
Tampoco habría funcionado un viernes, porque luego la gente saldría a la calle y en vez de hablar de lo visto y oído en el “cara a cara”, habrían empinado el codo para ahogar las penas al ver que lo que tendremos será más de lo mismo. Y mucho menos habría servido elegir la fecha del sábado o el domingo puesto que en esos dos días hay jornada liguera y basta que caiga uno de los grandes equipos para que no haya otro tema de conversación.
No obstante y aunque sea lunes, la comidilla del enfrentamiento durará hasta que llegue el día de las votaciones porque esta vez será solo una la ocasión en la que se encuentren los líderes de los partidos mayoritarios del país, por lo que se lo jugarán todo a una carta, y lo que hagan mal tendrá su reflejo en las urnas. No digo nada sobre lo que puedan hacer bien puesto que ya doy por sentado que será poco o nada. Así que seguro que veremos ataques, poca disponibilidad al diálogo para salir de esta dichosa crisis y alguna lindeza como que la niña de Rajoy ya se habrá hecho mujer o algún símil musical de Rubalcaba como el que hizo con “Ella baila sola”.
Es por ello y porque parece que sólo tendremos dos candidatos (nadie ha hablado de incluir en el debate a algún otro político o política que se vaya a presentar a las elecciones) que tendré que verlo muy a mi pesar, ya que encuentros como estos hay que “consumirlos” en el momento porque vienen con un sello que indica “Consumir preferentemente antes que acabe la campaña”. Lo que está claro es que expongan lo que expongan ese día en el debate y salga quien salga, solo servirá para demostrar que las promesas políticas en tiempo electoral caducan a los pocos días de ser presentadas, justamente la jornada posterior a las elecciones.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…