De Venezuela, Miguel a. Jaimes. La Mucuy: Feliz Navidad.

Las bellas narraciones navideñas eran de los esmerados abuelos. Muchas niñas recuerdan como los ancianos les dedicaban días finales en sus pueblos natales. Llegaban haciéndoles recordar que eran buenos contadores de cuentos y sus historias las asustaban.

Algunos se acercaban sobre una acera muy parecida a las de sus casas, estaban señaladas en historias crecidas antes que las hubiesen soñado. ¡Todos recordaban cuánto los niños amaron a sus abuelos y sus cuentos hacían temerle a la oscuridad de las noches y a la salida de los posibles espantos! Aún hoy, muchos de estos chiquillos están desprevenidos, todo se da cuando la razón parpadea y se cuelan las sospechas de eslabones y tenebrosidades.

Era justo cuando un viejo macabro recorría los espantos de todos sus sueños para de repente ser sorprendido por la pausa de la tardanza. Decían que sus apariciones se daban por las noches haciéndose eternas y por ende fastidiosas.

Mientras sonaban relojes de un barco naufragado con el cual estuvieron a punto de ahogarse, mientras eran tomados por espíritus de aquellos acantilados, reclamadores de sus tiempos y horas cuando venían tomados por sus dueños de espacios incólumes, inconclusos, quizás extraviados.

Entonces al fondo quedaba una campana que repicaba tras el ruido de otra anterior, una posterior no se atrevería a hacer sonar sus tonadas y las mismas podrían activarse justo antes del fin de un año, antes que del mundo. Todos los lémures saldrían a sostenerla tras sus fuertes apagones producidos por los vientos, así entendían que estaban en el fin de sus horas nocturnas.

Esas eran las leyendas del abuelo, quien había hecho pacto con los sueños de sus extraños. Garantizaría sus historias a cambio de paz y tranquilidad que cuando niño azotaron sus perseguidores.

Un día desafió su ira y pidió paz; ellos se la otorgaron pero a cambio de no dejar oír sus pesadillas.

Aunque las historias no van en contra de niños asustadizos; estas son reclamadas por espantos que en su perdición sufrían y se agitaban de solo pensar que los recuerdos los llevarán a las pérdidas de sus objetivos.

Ahora desean deambular, flotar, reír y espantarse con las historias de quienes consideran sus antiguos en estos días de navidad. http://www.geopoliticapetrolera.com.ve lamucuyandina@gmail.com Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es