Revista Belleza

De verbena y fiestas varias

Por Negraflor @NegraFlor_Blog

Ha sido un fin de semana largo…

De verbena y fiestas varias

…lleno de actividades, como podréis imaginar, porque ya me vais conociendo. El jueves pasamos la noche de la verbena en casa, con amigos. Cenamos, bebimos, hablamos… pasamos una velada muy agradable. Se hizo tarde, pero es lo que pasa cuando disfrutas en compañía de buenos amigos, esa familia que uno elige consciente y voluntariamente.

El viernes nos levantamos más o menos tarde; las Chocolatinas se fueron a la piscina, y yo me quedé en casa, con el modo Maruja 2.0 puesto. La tarde la pasamos con unos amigos y su hijo, de casi dos añitos. Se refrescaron en la piscinita hinchable de la terraza, y luego bajamos al parque. Se quedaron a cenar en casa. Así que, de nuevo, transnochamos.

Obviamente, el sábado me levanté un poco más perjudicada, después de dos noches de poco dormir. Cansada… y con dolor de cabeza debido a la… resaca. ¡Y aún quedaba más! La colla de diablos en la que participamos estaba invitada al correfoc que organizaban en Sant Joan Despí, por su fiesta mayor.

Las Chocolatinas se quedaron con su abuela materna, porque les da mucho miedo la pirotecnia, así que mi madre, muy amablemente -porque ama a sus nietas- se queda con ellas; las lleva a pasear, les da la merienda, juega con ellas, las baña y las mete en la cama.

Salí de casa a las cuatro de la tarde; porque teníamos que estar en Sant Joan Despí a las seis de la tarde; y, aunque el viaje se hace en media hora, primero había que pasar a recoger todos los trajes de diablos y los tambores. Llegábamos a Sant Joan Despí sobre las seis y cuarto. La verdad es que todavía no entiendo por qué nos hicieron estar allí tan pronto, porque la actividad no empezó hasta las nueve, con una timbalada conjunta de todos los tabalers -tamborileros- que participábamos.

La timbalada fue muy floja, la verdad. Se supone que en una timbalada, la gracia es que todos podamos tocar juntos todos los ritmos. El problema es que actualmente hay muchas peñas de diablos cuyos tabalers se han pasado a la batucada. Así que tocar ritmos conjuntamente se vuelve más complicado. Pero este tema casi que da para otro post… me centraré.

Terminó la timbalada y empezó el correfoc. Fue bastante lento, porque éramos muchas peñas. Tres figuras de bestiario:

  • Cuc de Molins de Rei.
  • Polseguera d’Argentona.
  • Braulio de Sant Joan Despí.

Y siete peñas de diablos además de la nuestra:

  • De verbena y fiestas varias
    Diables i Diablesses del Bellvitge.
  • Diables i Diablesses de La Florida.
  • Colla Vella de Diables de Santa Coloma de Gramanet.
  • Ball de Diables del Vendrell.
  • Diables de Santa Oliva.
  • Diables de Castellbisbal
  • Colla de diables de Sant Joan Despí.

Desde la organización habían marcado que, antes de empezar, cada colla tenía que hacer una encendida para lucirse, y, a partir de ahí se iniciaba el recorrido. Claro, imaginad lo eterno que se nos hizo ¡siendo los penúltimos! Avanzábamos muy lentamente, y a ratos teníamos que ir haciendo paradas, así que se eternizó todo, para luego tener que entrar casi corriendo en la plaza donde se hacía el espectáculo final.

En todo el recorrido, no me abandonó el dolor de cabeza con el que me levanté, a pesar de haber tomado una pastilla para el dolor antes de salir de casa. Como imaginaréis, a la que me senté, y me dio el bajón, el dolor de cabeza se multiplicó. Era cerca de la una de la madrugada, y todavía no habíamos terminado.

Para mi gusto, la organización se equivocó en la clausura del correfoc. Normalmente, para cerrar un correfoc, cuando todas las peñas y todas las bestias de fuego llegan al lugar donde se termina el correfoc, se hace una encendida conjunta y todos los tabalers de las diferentes peñas suelen tocar un mismo ritmo, para que se oiga por encima del estruendo de los petardos, y los diablos bailen mientras encienden las carretillas. Es un espectáculo de luz y fuego brutal. Sin embargo, en este caso, a la organización se le ocurrió meter antes de esto, un espectáculo de teatro y música combinado con pirotecnia.

El espectáculo de marras duró 45 minutos. Así que, como os imaginaréis, a todos los diablos y los tabalers ya se nos había pasado el subidión del correfoc. Y mi dolor de cabeza, al haberme relajado después del recorrido de más de una hora, se multiplicaba exponencialmente; y la pirotecnia del espectáculo tampoco ayudaba. Así que acabé con una migraña de antología, y con náuseas, del mismo dolor de cabeza. Total, que nos tuvimos que ir, y no nos pudimos quedar a la cena de hermandad, que es lo que se hace siempre, para todos los participantes, cuando termina un correfoc.

Llegué a casa, y me metí en la cama. Me desperté nueve horas después. Como nueva, por suerte. Así que el domingo transcurrió tranquilo, descansando. De la playa a la piscina; de la piscina a comer; de comer a la playa, y otra vez a la piscina.

De verbena y fiestas varias

Mucha actividad. Menos mal que el fin de semana próximo se presenta tranquilo.


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