Revista Opinión

De vivir en una isla…a vivir aislados

Publicado el 18 octubre 2011 por El Tridente

Continúa la situación de alerta volcánica en la isla de El Hierro y parece que ésta va a durar algún tiempo. Desde diferentes frentes apuntan a que la erupción puede durar hasta casi dos meses. ¿Se imaginan qué de repente el día que el volcán explotara, coincidiera con el día de las elecciones generales adelantadas al 20 de noviembre? Sería un toque de humildad de la naturaleza para aquellos que piensan que la política está antes que todo.

Pero si algo ha desatado infinidad de rumores ha sido que con la explosión del volcán y la cantidad de magma que emergerá a la superficie, se creará una nueva isla. Para muchos, esta sería la octava del archipiélago, aunque no deberíamos olvidarnos de la Isla de Lobos, que aunque es pequeñita, sigue formando parte de nuestra idiosincrasia insular. Sobre la novena isla, según algunos expertos, esta podría llegar a ser tan grande como el mismísimo Hierro. Opiniones por cierto, no compartidas por todos.

Pero, ¿qué pasaría si en realidad se llega a crear una nueva isla? Tal y como está el Gobierno de Canarias, proveer de dotaciones económicas a una nueva región canaria le supondría un grave problema a sus tan dañadas arcas. ¿Y cómo sería el gentilicio que denominara a sus habitantes? ¿Vulcanenses o Piroclastenses? Nombres por cierto que cambiarían tras saber cómo se llamaría el volcán o la isla en sí.

Muchos consideran que tanto el volcán como la nueva porción de tierra lindante con El Hierro recibiera el nombre de “El Ferruge”, término bastante regionalista y que en Canarias podríamos denominar como óxido de hierro. Otros opinan que el islote podría adoptar un nombre ligeramente más largo denominándose “La isla blanca”, explicación que se deduce por ser la isla dónde más se “lava”.

Pero lo mejor de todo es pensar que sí esto ocurre, será en el mar y aunque las profundidades marinas puedan verse afectadas ligeramente, al menos y esperemos que así sea, no habrá que lamentar daños humanos. Aunque sí al final nace una nueva isla yo propongo que se llame “Isla de la nueva Restinga”, así los habitantes de la localidad herreña más afectados verán recompensada su inicial mala suerte, con un nuevo lugar que poblar.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…


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