Así que una vez estábamos en la torre y habíamos preparado la mesa debidamente adornada con sus copas, sus velas, sus bolsas de cotillón para cada uno.... Nos cambiamos de ropa y nos fuimos a correr, había que hacer algo especial así que subimos a la Ermita de San Salvador, para nosotros y mas para Iván es un lugar mítico, no es que seamos creyentes de ir cada domingo a misa pero en esos momentos de.. Dios mío échame una mano, sobretodo con temas de salud es aquí donde acudimos, además esta bastante arriba y hay unas vistas fantásticas.Sin quererlo llegamos cuando el sol se estaba poniendo y que queréis que os diga, esto es terminar bien el año y lo demás son tonterías.
Al llegar leía las críticas de los que habían corrido la Cursa dels Nassos quejandose de lo mala que era la camiseta y que habían tenido que ir a buscarla a la otra punta de Barcelona. Lo que me lleva a preguntarme ¿la gente corre por acabar el año corriendo o por la camiseta?

Al bajar se nos hizo de noche pero Iván llevaba frontal, así que sin problemas. LLegamos a casa con una sonrisa de oreja a oreja, que poco cuesta ser feliz. Nos duchamos, nos vestimos de gala y a celebrar el fin de año, que nos lo habíamos ganado...
