Van a hacer cinco meses que no produzco nada digno de ser publicado en este blog, nada consistente ni que no sea un artículo periodístico.
Es muy grande el pesar que tengo dentro por tener este espacio mío tan polvoriento y desnutrido de nuevas ideas y sentimientos, pero hay cosas en la vida que, desgraciadamente, pesan más que la imaginación.
Soy universitaria y los estudios que curso me absorben el 80 % del tiempo del que dispongo, lo cual anula mi tranquilidad y sosiego necesarios para poder seguir escribiendo. Ahora que se acerca el verano mi cabeza parece una olla a punto de hervir, llena de ideas, proyectos e historias deseosos de ver la luz para ser leídos por vosotros. Dani está impaciente por empezar a vivir su vida de introspección, y muchos sentimientos están nerviosos por salir afuera y ser leídos y sentidos también por otras personas.
Solamente deseo que todo este sacrificio por aguantarme la pluma merezca la pena cuando llegue el 30 de junio. Sí, hay fecha. Espero que al haber cuenta atrás no se me haga aún más larga esta prórroga.
Hasta pronto.