De Whitechapel al infierno

 En la inevitablemente atractiva y embriagadora lista de misterios que circundan la historia de la humanidad hay uno que tiene un lugar especial, llevado incontables veces al cine, la literatura y toda las manifestaciones de arte, identificado en disimiles rostros de extraños y conocidos , pero al final, aun sin resolver. 

La muerte puede haberle llegado con la longeva edad o en la mismísima juventud, en atormentadora agonía o en el sueño profundo, quien sabe, la innegable realidad es que "Jack el destripador" murió en la impunidad y el anonimato, dejando un misterio eterno para el resto de la humanidad, que lo transformó en un personaje de terror en novelas y películas que tratan de teorizar sobre su identidad y destino.

 El notorio homicida llevó a cabo sus macabros crímenes en el barrio londinense de Whitechapel, en el lejano 1888, en ese entonces dicho barrio era un hervidero de pobreza, alcoholismo, delincuencia y prostitución. Al Destripador se le atribuyeron los sangrientos asesinatos de cinco prostitutas de este barrio, su modus operandi era un espectáculo horroroso compuesto por cortes en la garganta, mutilaciones en el área genital y abdominal, extirpación de órganos y desfiguración del rostro de estas damas de la noche.

 A pesar de que oficialmente la policía solo imputó cinco asesinatos al destripador, en sus registros se incluyeron seis crímenes más, que en conjunto con el resto de los homicidios conformaron el expediente Whitecapel. Se investigaron aproximadamente a 300 sospechosos, quedando aún sin confirmación sobre la identidad del siniestro asesino, lo que derivó en el establecimiento de un comité ciudadano que patrullaba las calles de la barriada, intentando identificar al ejecutor y aunque surgieron varias teorías el autor no fue nunca identificado. Tres cartas llegaron a la policía, supuestamente del puño y letra del asesino, mofándose de su inaptitud e incapacidad de hallarle y amenazando con seguir asesinando prostitutas, una de ellas estaba firmada "Jack el Destripador", naciendo así el nombre que perdura hasta nuestro días. 

 El elevado nivel de violencia contra las mujeres en aquella época dificultó mucho la clara identificación de los crímenes que pertenecían al destripador y los que eran responsabilidad de otros asesinos, y aunque existen 11 muertes en el archivo, aquellas que comparten una gran similitud entre sí fueron bautizadas como "los cinco canónicos". Las principales sospechas de la policía estuvieron centradas sobre carniceros, cirujanos y  médicos, debido a la naturaleza de los cortes presentes en las víctimas y las técnicas demostradas por el asesino al extraer sus órganos, sin embargo Thomas Bond, médico forense al que se le encargó la examinación de "los cinco canónicos" y elaboró una descripción que es considerada uno de los perfiles criminales más antiguos, rechazó la idea de que el asesino poseyera alguno de estos conocimientos, teorizando que se trataba de un hombre solitario quien padecía de "ataques periódicos de manía homicida o erótica" y que " el impulso homicida podría haber surgido de alguna condición mental de venganza o melancolía, o una manía religiosa".

 La escasez de evidencia forense, la alta tasa de crímenes de la época y las varias contradicciones e

Carta "From Hell"(desde el infierno)

fuentes contemporáneas hicieron imposible esclarecer la identidad del asesino, cientos de sospechosos han sido considerados a lo largo de la historia y aunque se extrajeron muestras de ADN de las cartas presuntamente escritas por el destripador, nunca se obtuvo resultados concluyentes y con el paso implacable del tiempo dichas muestras ya están demasiado adulteradas y son incapaces de proporcionar algún dato útil. 

 Jack el destripador, la máscara del hombre enajenado que perpetró las sangrientas ejecuciones de las prostitutas del East End de Londres, ha sobrevivido hasta nuestros días, inmortalizada como eje principal de grandes obras literarias y cinematográficas, que mezclan hechos reales de los crímenes originales con invenciones de terror, añadiendo más notoriedad al que realmente aun constituye uno de los crímenes sin resolver mas conocido de la humanidad y así continuará perpetuamente, atormentándonos desde el infierno.