Thom: "Era como si estuviera manejando un auto o volando un avión con los ojos cerrados: ‘Voy a golpear algo eventualmente"
"No se parece a nada al comienzo: un balbuceo difuso, dedos que pasean indecisos sobre las teclas de un piano vertical. Thom Yorke se sienta con la espalda ligeramente curva y medio volteado dándole la espalda al público del Roseland Ballroom en New York. Pareciera estar tarareando y tocando para sí mismo mientras espera que el resto de Radiohead termine de alistar sus instrumentos para la siguiente canción.
Luego sale un coro en medio de la bruma. ”This one goes out to the one I left behind”, canta Yorke el hit de R.E.M. de 1987 “The One I Love”, tocando el piano con énfasis afectuoso antes de entrar al gancho trepador y ritmo irregular de “Everything in its Right Place” del disco “Kid A” de 2000. Es la primera noche de la banda en New York, parte de un paso promocional tardío – incluyendo apariciones en TV – para el octavo disco de Radiohead “The King of Limbs”.En Roseland, sin embargo, Yorke tiene en su mente a R.E.M. – especialmente a su vocalista Michael Stipe. Desde adolescente, Yorke fue “realmente mordido” por esa banda, según Colin. “Fue la habilidad de Michael”, me dijo el bajista recientemente, “de ser emotivo y mover a la gente pero ser oblicuo al mismo tiempo”. Yorke más adelante se volvería amigo de Stipe luego que Radiohead abriera los shows de la gira “Monster” de R.E.M. en 1995. Hace una semana, el 21 de Setiembre, cuando R.E.M. anunció su separación luego de 31 años juntos, Stipe le envió a Yorke una advertencia por adelantado en un mensaje de texto.
“Todo estaba ocurriendo en el escenario”
“Era Michael absolutamente, la forma en que lidiaba con el escenario”, dice Yorke en un hotel en Manhattan el día anterior al tributo que la hizo en Roseland, tomando té hecho con leche y recordando lo que aprendió de Stipe sobre pelear contra la atención y hacerse cargo de su estrellato. “El balbuceaba esta basura entre canciones, como si estuviera hablando al revés. Ni siquiera intentaba pintarse como ‘Hey, ¿cómo estan todos?’ Era esta cuestión completamente evasiva. Pero en ningún punto tenías la sensación que estuviera escapando. Todo estaba ocurriendo en ello, en el escenario”.
Yorke describe el terror que sintió al micrófono en las primeras giras de Radiohead, disimulando la fuerte incomodidad en “Creep” y “My Iron Lung”. “Estaba en pánico”, dice, “como que ‘¿Qué carajo estoy haciendo aquí?’ Era como si estuviera manejando un auto o volando un avión con los ojos cerrados: ‘Voy a golpear algo eventualmente’.
“Ahora entiendo lo que Michael estaba haciendo”, dice Yorke. “Las cosas que estaba escogiendo no hacer, no ser, eran más poderosas que lo que él hacía. Había este aire de cagarla un poco deliberadamente”, Yorke sonríe con admiración. “Me gustaba eso”.
Stipe en órbita
Yorke vio por primera vez a R.E.M. en su gira “Green”, en el Wembley Arena de Londres en Junio de 1989. “La mayoría de mis amigos los habían visto antes de eso”, anota. “Michale me dijo más adelante que la pasó mal en ese show, tirando cosas por todos lados después. La primera vez que en verdad los vi propiamente fue cuando giraba con ellos” – dos docenas de shows para “Monster” en Europa y Estados Unidos en el verano y otoño de 1995. “Ahí veía a Michael todas las noches”.
“Él fue muy distante en lo que duró eso”, admite Yorke. “Fue medio raro. Estaba en órbita. Su lugar era en el escenario. Y cuando no estaba en el escenario, no estaba ahí para nada. Ocasionalmente, luego de unos tragos, estaría bien. Pero generalmente era un poco extraño. Obviamente ahora lo entiendo totalmente”.
“Pero lo que me gustaba de ver a R.E.M. – y esto es algo que nuestra banda aprendió de inmediato – era cómo permitían que las cosas ocurrieran, no tratando de sumarle nada pero solo parándose ahí, esperando que empiece el fuego”, sigue Yorke. “A veces estás a la mitad del set, y todavía no despega. Pero nadie está en pánico. Se quedan con ello” – pausa dramáticamente Yorke – “y luego ¡bang!”
El final de una era“Esa fue la primera vez que vi eso en un entorno grande”, dice Yorke. “Lo ves con bandas pequeñas en lugares pequeños. Pero hacer eso en un espacio grande y salirte con la tuya, sin hacer trucos, era genial. He visto lo mismo en Neil Young – parándose ahí, golpeando con el pie, mirando hacia abajo cuando toca, dejando que eso haga lo suyo. Es muy purista. No es Lady Gaga”. Yorke señala que no le sorprendió el mensaje de Stipe: “creo que es algo que estaba yendo en una sola dirección por un tiempo. Quería asegurarme que Michael estuviera bien”. De hecho, ambos cantantes pasaron juntos buena parte de la semana de Radiohead en New York.
“Fue genial, hombre – fue bueno”, confirma Yorke. “Paramos juntos. Vino a Saturday Night Live. Y fue muy bueno verlo – bien despejado, bien presente y estuvo bien con todo”.
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