Ya sabéis que una de nosotras ha estado recientemente en Fez, Marruecos. El país vecino es atractivo por muchas razones; su arquitectura (tan cercana y afín a la de nuestra tierra), su gente, su gastronomía..., ¡y las compras! Si nunca habéis visitado un zoco, apuntadlo en la listas de pendientes, pues, recorrer sus laberínticas calles en busca de tesoros, es toda una aventura y un placer para los sentidos. Vayas por donde vayas, el comercio es tan abundante e invasivo, en el buen sentido de la palabra, pues es su medio de vida, que solo queda dejarse embriagar por su colorido y variedad de productos. ¡Y a los mejores precios! El dirham, su moneda, se cotiza bastante por debajo de la nuestra, así que, a veces, en pleno regateo, tomabas conciencia de lo que en realidad iba a costar en euros, y pagabas sin más... ¿Qué es lo único que te salva de esa vorágines de artículos de artesanía, piel, cosmética..? ¡Los vuelos low cost! Esos ya tradicionales viajes que las dos realizamos en el puente de diciembre, tienen como condición indispensable un vuelo directo desde nuestra ciudad, con su correspondiente Trolley de cabina... Aunque no ha sido impedimento para hacerle hueco a pequeños detalles decorativo que intercalar en nuestros hogares, con los ya existentes.
Como esta preciosa jarrita de cobre martilleado...,
..., o estos posavasos de madera tan delicadamente tallados, y a los que pesamos dar mucho uso.
Y por supuesto, la cerámica, como este pequeño tajine...,
..., o este cuenco. Mención aparte merecen los jabones contenidos en su interior; no son para lavarse, sino para perfumar el ambiente o el interior de armarios y cajones. Los hay de diferentes aromas, y no sabéis el mundo de sensaciones olfativas que transmiten. Además, duran años... solo es necesario rasparlos ligeramente para que recuperen su principal cualidad al cien por cien.
También vinieron estos pequeños espejitos tan coquetos...,
..., y la bandeja que os mostramos la semana pasada. Pues hasta aquí, el recorrido por algunos de los detalles decorativos marroquíes de los que ahora disfrutamos... Esperaremos un tiempo para volver a Marruecos, el suficiente para que nos entre, de nuevo, mono de zoco...