«Dead Boys», de Paloma González Rubio

♦A partir de 14 años♦

«Un Dead Boy paga con la sangre la traición, con la sangre de los suyos y la sangre propia: si se delata a uno de los hermanos, si se abandona la hermandad…»

Reseña escrita por Merche Rodríguez Calzado.

Cuando las maras llegaron a España parecía que la policía las podía controlar, hablamos de hace más de dos décadas, ¿tal vez se acerque a tres? Sea de una manera u otra, 20 años, como poco, son muchos si de violencia hablamos. Porque violencia y maras están unidas son sinónimos, así… sin paños calientes. Aquí, en España,  la terminología elegida se refiere a bandas, ¿porque parece menos? ¿porque hay tantas clases que son las que han despuntado? Realmente da un poco igual cuando las noticias que se asoman a los informativos nacionales ya hablan de muertos, porque antes hablaban de heridos de diversa gravedad tirando a muy mucho.

La violencia siempre ha estado unida al ser humano. Es una triste gracia, pero ciertamente es así. El problema crece cuando esa violencia se instala en los adolescentes ya de por sí algo desubicados mientras sus hormonas terminan de encontrar su sitio. Adolescentes que lo tienen todo y, precisamente por eso, les gusta jugar a ser rebeldes pero también adolescentes a los que la vida, en una sucesión de manos muy crueles, no les ofrece más que callejones sin salida, una y otra vez.

Y esos jóvenes, tanto los unos como los otros, son carne de cañón como piezas tiernas, jugosas y apetecibles que un líder juvenil no deja escapar.

Y es muy literario todo sino fuera porque la literatura también tiene el papel de retratar la realidad y la novela de Paloma González Rubio, Dead boys, que le ha publicado el flamante sello juvenil de La esfera de los libros, es un reportaje literariamente novelado. Es tan bueno el libro que lo parece.

Es una ficción tan real que asusta y ves a la autora, menuda, de vocabulario excelso y modales delicadamente exquisitos y te preguntas: ¿de qué rincón de su cabeza han salido algunas de las imágenes de su libro, capaces de trastornar el sueño de cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad? Es lo que tiene la literatura, la buena.

Persentación de la novela en la Librería París, junto a la escritora y columnista Cristina Grande y a la editora Ana Sancho, de La Esfera Azul.

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Presentación de la novela en la Librería París, junto a la escritora y columnista Cristina Grande y a la editora Ana Sancho, de La Esfera Azul.

Porque la novela empieza fuerte: un chaval se desangra tirado en el suelo, entre dos contenedores de basura, como una basura más, incapaz de moverse ya no sólo porque una bala le ha alcanzado una pierna y está perdiendo mucha sangre sino porque además, para más inri, alguien ha caído sobre él y parece estar muerto.
Ese chaval, revisa la agenda de su teléfono móvil y se pregunta a quién llamar para que le auxilien. O alguien le ayuda, o morirá tirado en el suelo. Eso lo sabe. Y en esa revisión, letra por letra, el lector descubre la historia de Mauricio Costa, el chaval que se desangra y mientras la sangre se le escapa se sabe por qué entró en una banda, quiénes la componen, cómo se llamas los que cree sus amigos, las churris con las que ha estado… pero también qué espera del futuro, si es que lo hay, qué podía haber esperado, cuál es su posición en la sociedad, si es que cree que puede tenerla y por qué la vida es tan jodida, así… en resumidas cuentas.

Una que a veces se ha tenido que mover en ambientes nada recomendables identificó cierto vocabulario, como el vieja que usa el protagonista como apelativo cariñoso hacia su madre, y también cierto ambiente de los bajos fondos, ese en el que la violencia es un lenguaje y una manera de relacionarse con el mundo.

La novela también me ha recordado esa forma de narrar la realidad que inauguró hace un rato largo un tal Capote porque en Dead boys todo el tiempo sabes que estás leyendo una novela, pero en cuantito levantas la vista del libro y la diriges a la pantalla de cualquier dispositivo, incluida la televisión, te puedes dar de frente con una noticia similar a la que un momento antes leías como ficción. Una historia de buenos y malos como las que pueblan las secciones de sucesos, de esas que pensamos que nunca nos van a tocar a nosotros hasta que un mal día te cruzas con la peor persona en el peor momento y en el peor sitio. Porque el azar, a veces, tiene muy mal café.

Paloma González Rubio en la presentación Paloma González Rubio junto a Merche Rodríguez Calzado

Y no hay historia de malos sin polis. Y Dead boys los tiene y con tanto protagonismo que incluso la grafía cambia y cada capítulo se inicia con el dibujo de un reloj, digital, una imagen que atenaza los minutos en cada uno de esos capítulos mientras el lector sabe que en la historia paralela Mauri se está desangrando sin remisión.

Y ambos relatos avanzan en una noche que se hace muy larga. Un tiempo que unos usamos para dormir y otros, para moverse en la oscuridad. Para lo bueno y para lo malo. Esa oscuridad es la que nos acerca Paloma con su historia, tan densa que casi puede palparse.

Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.

Paloma González Rubio

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Paloma González Rubio

La autora:
Paloma González Rubio nació en Madrid e 1962. Es licenciada en Filología Semítica y en la actualidad vive entre la montaña y el mar. Es autora de las  novelas: Epitafio (2010) y El delito de la lluvia (2014).
Forma parte del colectivo de autores de literatura infantil y juvenil que pergeñaron las novelas Aurora o nunca (2018), y Aurora y en la hora (2021). En 2019 obtuvo el premio Alandar con la novela João. Es autora de otras novelas juveniles: Antípodas (2019) y Ventanas (2021), esta última finalista del XVIII premio Anaya y ganadora del premio a la mejor novela nacional independiente de 2021 concedido por la revista El Templo de las Mil Puertas.
Colaboradora de Zenda Libros y RNE, imparte el minitaller de creatividad literaria del programa El gallo que no cesa.

El libro;
Dead Boys ha sido publicado por la Editorial La Esfera Azul en su Colección +12 juvenil. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 246 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Paloma González Rubio nos habla de su novela Dead Boys.

Para saber más:
https://twitter.com/palomaglezrubio
https://www.instagram.com/explore/tags/palomagonz%C3%A1lezrubio/?hl=es

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