Dead Drops es un proyecto de Aram Bartholl que en sus inicios, incrustó en algunas paredes de edificios de New York, una memoria USB para que la gente se conecte y puedan bajarse los archivos (.txt) grabados por Aram.
Las memorias USB fueron incrustadas en cinco rincones de la gran manzana. Hoy el “virus” Dead Drops se expandió por todo el mundo, alcanzando unas 745 memorias repartiendo archivos por cada rincón del planeta.
Este proyecto despierta mucha curiosidad, como la que mató al gato, y quizás por este riesgo que existe al conectarse con lo desconocido o por su originalidad, es que lo hace atractivo.
// vía //