
Esto va de Deadpool (Ryan Reynolds) decidiendo, por razones que no vienen al caso, que su misión vital es proteger a un adolescente (Firefist, interpretado por Julian Dennison) -que también es un mutante y que en mi opinión se tiene un guantazo importante- del villano Cable (Josh Brolin), que además de ser muy malo puede viajar en el tiempo.

La peli es totalmente lo que promete: es divertida, tiene cuarenta mil referencias a otras películas, Ryan Reynolds es muy carismático el hombre y, a pesar de venir cargadita a nivel emocional, es un entretenimiento ideal para vaciar el cerebro.

A nivel de guión en mi opinión es un poco desastre porque el hilo conductor de la película, que es la relación entre Deadpool y Firefist me resulta forzadísimo y no le encuentro ningún sentido. Al principio sí que parece que se puede desarrollar una amistad creíble, pero en muy poco tiempo aquello deja de provocar empatía por completo. Entonces la idea es salvar a Firefist tanto de Cable como de sí mismo pero yo lo que quería es que alguien lo matara de una vez.
Por otra parte, a ratos estaba un poco perdida con el argumento, no sé si porque es un poco confuso o porque a veces lo que veía en pantalla no conseguía retener mi atención y desconectaba un pelín.

Así que eso, da lo que promete; te echas unas risas, es muy entretenida y poco más. La recomiendo siempre que vayas teniendo en cuenta que es otra peli más de superhéroes, sólo que con más humor.
A ver si consigo aguantar hasta que saquen otra de Marvel. Van a ser un par de semanas súper angustiosas.
