Dear Ex

Dear Ex es una de esas películas que deberían estar en la lista de cualquiera que ame las series y el cine asiático. Comprendo que, quizá, haya cosas difíciles de entender y que puede hacer acto de presencia la estúpida homofobia, pero lo cierto es que es una gran película. Una en la que el amor cobra dimensiones épicas y donde, a través de la mirada de un adolescente, descubrimos no solo a un hombre con un corazón inmenso, sino también obsesionada y desesperada y a su hijo, un adolescente que sigue un camino de sanación al descubrir que su padre no lo abandonó y que, en realidad, la persona a la que tanto él como su madre odian estuvo antes que ellos y fue abandonada primero.

Roy Chiu nunca deja de sorprenderme. Es verdad que él mismo es un personaje peculiar y que, aunque la actuación nunca ha sido su prioridad, se vio obligado a centrarse en ella para pagar la enorme deuda que le quedó tras la enfermedad de su padre. Ese es el problema con la gente con talento: no siempre son conscientes de lo talentosos que son. Es verdad que en los dramas que ha hecho ya se ve todo ese potencial, pero es en el cine donde pueden demostrar realmente lo que valen.

Dear Ex tiene sus defectos, claro, no hay película perfecta, pero es una auténtica joya.

La historia comienza con una mujer furiosa porque su marido ha muerto y ha dejado como beneficiario del seguro a su amante, que es un hombre mucho más joven que él. Ella, que todavía no ha aceptado el haber sido abandonada por un hombre, descarga su ira con el amante, mientras que se muestra como una víctima frente a su hijo. Y se siente realmente así, una víctima de su esposo y de su hijo, que en plena adolescencia se ve envuelto en algo que le va demasiado grande, como es la ira de su madre, sus altas expectativas, la muerte de su padre y la homosexualidad de este.

Incapaz de soportar más la actitud errática de su madre, decide mudarse a la desastrosa casa del amante, a quien considera una mala persona porque ni siquiera lloró cuando su padre falleció. Además, su madre sufre por su culpa, así que tiene que ser malo. Sin embargo, poco a poco descubre que no es así, que tanto él como su madre se equivocan. Y una carta de su padre dará explicación a todo lo que ha pasado, al porqué de su marcha y a eso que él cree que es un cruel abandono. Y el espectador irá conociendo a través de la mirada de ese adolescente y con el uso de escenas retrospectivas, descubriremos la verdad sobre la relación entre Jay y el padre del niño y el porqué de que lo haya hecho beneficiario del seguro, cosa que él no sabía.

Es cierto que las acciones de la despechada esposa son excesivas y hay un momento en el que hace algo absolutamente cruel y rastrero, porque no implica solo a Jay, sino también a la persona que él más quiere. Y eso, siendo ella madre, me ha parecido terrible. Es comprensible su dolor, pues no sabe nada. No entiende por qué su marido, que ha abandonado a su familia por un hombre, deja desamparado a su hijo para beneficiar a su amante. Sin embargo, se redime con un gesto de generosidad que no esperas. Solo necesitaba conocer la verdad, saber que, en realidad, ellos no fueron los abandonados y que Jay no hizo nada terrible, todo lo contrario.

Definitivamente, una película que tenéis que ver.