DEATH OF A SCOUNDREL (Amores de un impostor) (USA, 1956) Intriga, Policíaco

Director: Charles Martin --- Intérpretes Principales: George Sanders (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9),Yvonne De Carlo (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8), Zsa Zsa Gabor (1), Victor Jory (1, 2), Nancy Gates (1, 2, 3, 4, 5), Coleen Gray (1, 2, 3), John Hoyt (1), Lisa Ferraday, Tom Conway (1, 2), Celia Lovsky, Morris Ankrum (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7), John Sutton (1, 2, 3), Marjorie Bennett, Stanley Clements (1), George Brent (1, 2), James Craven (1, 2, 3) --- Argumento: Tras ser hallado en su habitación el cadáver de Cementi Suborin, su secretaria relata a la policía cómo este refugiado checoslovaco se hizo millonario en Nueva York. Su historia, llena de traiciones, fraudes, amoríos e infidelidades, revela que casi todos los que lo conocían deseaban su muerte. --- Mi comentario: Irregular pero muy interesante film de intriga policíaco, con numerosos elementos económicos de por medio, no en vano se narra la vida (inventada) de un hombre que se hace a sí mismo gracias a su intuición en los grandes negocios, donde los valores en la bolsa, participaciones, acciones, etc, tienen vital importancia.
Son casi dos horas de metraje que si bien no se hacen excesivos sí que se habría agradecido acortar un poquillo, no en vano hay dos partes muy diferenciadas en cuanto a calidad y, sobre todo, interés. Lo mejor es sus primeros 45 minutos o así, donde asistimos a la lucha y determinación, así como las malas artes, del protagonista, un hombre vital, del que hay que temer todo, no en vano el juego sucio y también, porqué no, su valentía para bordear el peligro de la cárcel, es su método principal. Así logra medrar y ganar ingentes cantidades de dinero... que nunca le es suficiente. Quiere más y más.

Esta parte de la cinta, donde vemos de dónde viene y a dónde va y cómo va superando obstáculos, así como la diversas jugarretas que va haciendo a cada mujer que se le cruce en su camino, siempre intentando sacar algo de ellas, pues es la mejor. Luego, cuando comienza a ganar pasta hay minutos si no aburridos, sí carentes de emoción y de tensión dramática. Su final, bueno, aunque como toda la historia comienza por el final, tampoco sorprende. En definitiva, que hace pasar el rato, contiene una maravillosa fotografía en blanco y negro a cargo del majestuoso James Wong Howe, y la interpretación del gran George Sanders es portentosa, sosteniendo casi él solo la película. Además, todas las actrices que salen son bellísimas.