La fiebre del oro impulsó la llegada al actual Death Valley allá por 1849. Una de las mujeres que viajaban en la expedición, desesperada al ser muy difícil encontrar una salida, lo bautizó así por lo cerca que vio el final de sus días. Sus endiabladas dimensiones, las altas temperaturas que puede llegar a registrar y su carácter inhóspito hace que el viajero aún pueda entender ese apelativo hoy día. Y quizás en ello encuentre también su mayor atractivo.
Hoy es más fácil de recorrer, pero es el mismo. Y de perderte en algún lugar del recorrido por Costa Oeste, seguramente sea allí. Hoy os contaremos qué ver en un día en este parque nacional, una de las pequeñas sorpresas de nuestro periplo.
Las llamativas dimensiones de Death Valley
La superficie es inmensa, hasta llegar a un total de 13.500 kilómetros cuadrados. Para haceros una idea, por la mañana visitamos un cañón, unas salinas… y tras perdernos, después de comer, acabamos en el cráter de un volcán. Otro de los datos que asombra es que en este valle está el punto más bajo sobre el nivel del mar en EEUU (hasta 85 metros en la conocida como Cuenca Badwater); y los puntos en altura llegan a los 4.400 metros.
Es en el lugar más profundo de este valle donde además se ha registrado la temperatura más baja jamás registrada en la tierra (56 grados), haciendo pensar a muchos científicos que estos lares son los más calurosos y secos del globo. Nosotros no pasamos calor porque lo visitamos en octubre, pero tras habernos puesto la chaqueta e incluso gorro en las anteriores paradas de viaje (Monument Valley), aquí volvimos al pantalón corto.
Desde luego, el elenco de paisajes que muestra Death Valley es una brutalidad y aunque no tiene un lugar por el que quizás tus ojos se vayan a derretir, todos ellos constituyen en conjunto un lugar muy interesante. Quizás al no tener demasiadas expectativas depositadas en él, a mí fue sin duda uno de los lugares que más me gustó. ¡Así que os animo a reparar por unos minutos en sus encantos!
Qué sitios visitar en Death Valley
La visita a Death Valley es fácilmente manejable en un día. Quizás podríais emplear más tiempo en rutas que poder hacer por la zona, pero es un paisaje que creo que merece la pena más en conjunto que de forma detallada. Moverse con el coche por sus montañas, salinas, laderas y zonas más pedregosas será un verdadero placer.
Entre los paisajes más variados, conocimos en primer lugar Zabriskie Point, un conjunto de montañas erosionadas de forma ondulada que se pueden admirar desde un mirador. No es uno de esos lugares espectaculares que te dejan con la boca abierta, pero es bastante chulo y un buen preludio para el festín de naturaleza que te encontrarás después. Me recordó bastante a las Bardenas Reales, en Navarra, así que hago un poco de ‘apología turística’ de nuestro país para recordaros que tenemos paisajes maravillosos.
En el siguiente desvío que paramos fue el camino a Golden Canyon, menos espectacular que otros que podemos ver en la zona, pero de nuevo una prueba de que aquí hay sitios de todos los tipos y colores. Nosotros hicimos una ruta muy corta para apreciar el paisaje, que aunque seco y pedregoso, nos pareció también bastante chulo.La interesante Badwater Basin, el punto más caluroso del mundo
Siguiendo la carretera ya podemos considerar que estamos en la Badwater Basin, el punto más caluroso del parque y fácilmente reconocible porque está creado por un material pedregoso que se extiende por todo el terreno de forma tímida pero constante. Nos salimos de la vía principal para observarlo de cerca, pero quizás es también un lugar poco acogedor. Un lugar donde además de aislado, sientes una pizca de desasosiego.
Culminaríamos esta parte con las salinas, también situadas en la Badwater Basin, a las que se puede acceder a través de una pasarela y donde se pone el broche final a un recorrido rápido por el lugar.
Otro de los desvíos de la misma carretera te lleva al mejor mirador como tal en mi opinión: Dante’s View. En este punto es desde donde es más fácil hacerse una idea de lo inmenso del parque.
Otro de los puntos más populares es la conocida como ‘paleta del artista’, una montaña también ondulada pero con la característica especial de que se posan sobre ella distintos materiales que colorean cada una de sus partes. Yo ya había percibido en foto que el resultado es un poco forzado y que el lugar no es para tanto, así que nos sirvió con verlo desde el coche.
Cuando nos íbamos del parque, pero no…
Más o menos creíamos que con este recorrido era suficiente para conocer el valle, por lo que después de la visita a las salinas, nos dispusimos a salir de la zona. Vimos una carretera por el oeste para irnos y condujimos hacia ella con la calma. Lo que sucedió es que cuando llegamos estaba cerrada y al intentar seguir adelante para encontrar una salida, llegamos al final del parque, donde está situado el cráter Ubehebe. ¡Un volcán! No nos podíamos creer que llegara a haber un volcán.
Dado que en este punto no había salida, volvimos hacia atrás y tardamos como otra hora larga en salir. Tuvimos que echar gasolina tres veces ese día y buscando los orígenes del lugar, entendimos a aquella colonizadora años atrás que lo bautizó como Valle de la Muerte… nos gustó pero podemos jurar que le dijimos adiós con ganas.
Datos prácticos
Cómo moverte: Para llegar y moverte por el parque es necesario contar con vehículo propio. Hay buenas opciones para alquilar coche en EEUU.
Entrada: Este es uno de los parques que están dentro de la red nacional de EEUU, por lo que si cuentas con permiso, podrás entrar de forma gratuita. El precio si no lo tienes es 25 dólares por coche.
Hotel: nosotros hicimos ya noche camino de Yosemite, en el hotel Vagabond In Spring, en Bishop. El motel es correcto y tiene un jacuzzi para los valientes que viajen en estas épocas, ya algo frías. Si os interesa avanzar bastante en el camino, es perfecto, pues está a cuatro horas de Death Valley pero a tan solo dos horas de Yosemite.
Además, en Bishop, aunque no era muy grande, había un montón de opciones para comer y estuvimos muy a gusto la noche que estuvimos allí. Tened en cuenta también que fuimos a esta zona para ir a Yosemite por la carretera que cierra en caso de haber mal tiempo y que en ocasiones puede estar cerrada incluso en octubre. Nosotros nos informamos pero también pudimos preguntar en el motel. Además, tienen desayuno incluido.
Comer: comimos ya al salir del parque, en un lugar de carretera, donde creo que por no haber muchos sitios cerca, resultó algo caro. ¡Pero había sido un día duro!
*Si queréis conocer otros lugares de Costa Oeste, os animo a leer sobre Gran Cañón y también a conocer nuestro presupuesto detallado de viaje. ¡Merece mucho la pena!