Revista Política

Debate sobre el estado de la Nación

Publicado el 16 julio 2012 por Lparmino @lparmino
Un hecho es más que evidente. En este país algo no funciona.
Según escribo estas líneas, Maria Antònia Munar, expresidenta del Consell de Mallorca, ha sido condenada a cinco años y seis meses de prisión por corrupción (éste sería uno de los múltiples casos de corrupción política que siembran de arriba abajo y de izquierda a derecha este país). Esta debería ser la norma y, sin embargo, es la excepción. Los principales partidos políticos de nuestro país, el PSOE y el PP, en principio no deberían consentir la presencia entre sus filas de cargos electos imputados por delitos de corrupción. Y, sin embargo, si aplicásemos esa regla más de ochenta diputados nacionales, de ambos grupos, deberían abandonar sus escaños en el Congreso de los Diputados. La corrupción política campa a sus anchas en cualquier rincón, en los ministerios, en las administraciones autonómicas y en ayuntamientos y diputaciones. Y, sin embargo, la policía protege a uñas y dientes a toda esa clase corrupta cuyo único lugar debería ser el juicio y la posterior encarcelación previa devolución de todo lo saqueado.
Los funcionarios han cortado el centro de Madrid en una protesta que pretendía llegar a un Congreso de los Diputados protegido hasta los dientes por las UIP de la Policía Nacional, más comúnmente conocidos como “antidisturbios”. Esos mismos agentes que, previamente, el sábado 14 de julio, por aquello de celebrar eso de la “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, habían decidido actuar con su ya acostumbrada contundencia contra la manifestación espontánea que se congregó frente a las sedes del PSOE y el PP y pretendía llegar, por enésima vez, al Congreso.
Desde aquel 15 - M es evidente el clamor generalizado y un cierto sentimiento de crispación y abatimiento que cunde en la sociedad española. La actuación de las autoridades competentes ha sido delegar la respuesta en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado mediante el empleo y abuso sistemático de la violencia y la represión contra los manifestantes, cerrando cualquier opción viable para establecer un más que necesario y sano diálogo entre representantes y representados.
Durante las últimas elecciones generales del 20 de noviembre de 2011, la abstención subió desde el 26’5 por ciento de 2008 al 29’14; los votos nulos se incrementaron desde el 0’64 al 1’25 por ciento; y los votos en blanco pasaron de representar un 1’11 por ciento en 2004 a un 1’41 en 2011 (fuente El País).
La tasa de desempleo en España alcanzaba en mayo de 2012 un 24’6 por ciento, frente al 5’6 registrado en la misma fecha en Alemania. Curiosamente, sin llegar a nuestras cifras, los países europeos con mayor tasa de desempleo son los intervenidos en sus economías: Portugal, Irlanda o Grecia.
En abril de 2012 el Gobierno ya anunció un recorte correspondiente a diez mil millones de euros que debían repartirse entre Sanidad (siete mil millones) y Educación (tres mil millones de euros). Prácticamente, hacer tambalear uno de los mejores sistemas sanitarios de Europa y en cuanto a la educación poco hay que añadir. El informe PISA 2006 alertaba sobre el descenso en el nivel de lectura de los alumnos de 15 años, situando a España en el puesto treinta y cinco de un total de cincuenta y siete países evaluados.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de anunciar que España seguirá en recesión durante 2013. Es un dato que sería irónico sino fuese por lo dramático del mismo, teniendo en cuenta el durísimo paquete de medidas aprobado por el Gobierno y que consistía en una reducción más que apreciable del poder adquisitivo de, entre otros muchos, parados, jubilados, funcionarios, personas dependientes y un largo etcétera.
Y en esta oleada de despropósitos y desbarajustes, de nuevo los de abajo tienen que pagar los desmanes de los de arriba. Como muy bien circula por Internet, esto ya no es una cuestión de izquierda contra derecha, sino de la inmensa mayoría que estamos abajo contra la minoría que compone la corrupta y hedionda plutocracia que gobierna España. En este país, donde se congelan pensiones, se reducen las prestaciones por desempleo, donde se tiende a la privatización educativa y sanitaria o donde los dependientes son incapaces de obtener ningún auxilio público… se ayuda a la banca con una cantidad ingente de dinero que todos deberemos pagar. Es incomprensible: los bancos pueden generar pérdidas multimillonarias y como premio son compensados con una línea de crédito de ayuda de cifras astronómicas. Qué país.
Luis Pérez Armiño

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