Revista En Femenino

Deberes en verano

Por Mamadverdad

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by pixabay


El tema de los deberes es algo que siempre lleva a debate y he decir que no estoy muy a favor. Pero no lo estoy porque me parece excesivo que por ejemplo un niño de 5 años, que está en tercero de infantil saque un fin de semana unas 32 sumas y un libro para leer, que aunque sea pequeño, lleva sus preguntas y para remate tiene que hacer un resumen. Eso me parece una pasada. Me parece que cuando tengan 14 años y sigan ese ritmo van a estar hasta las narices de estudiar y me va a decir que estudiará Rita la cantaora.Desde luego que pienso que hay que motivar a nuestros hijos y enseñarles también en casa, pero la cosa está llegando a un punto exagerado, en el que queremos que nuestros hijos con 6 años ya tengan 3 máster y media carrera acabada.Y lo de los exámenes en primaria ya me termina de rematar. Que un niño, en primero, que muchos tienen los 6 años recién cumplido o incluso 5, tenga que tener deberes todos los días y un examen a la semana, hace que me lleve las manos a la cabeza.  Me resulta una presión excesiva para esa edad. Si me pongo en la piel de un niño de esa edad el mensaje que me llega con los exámenes es “si apruebo soy muy listo y si no apruebo soy muy tonto”. Lo siento mucho pero no puedo estar de acuerdo con los deberes y mucho menos a esas edades. Eso no significa que no trabaje en casa con mis hijos y que no hagamos cosas. Por ejemplo en casa por las noches se lee un ratito, pero no por obligación sino porque les gusta. Este verano claro que haremos cosas como por ejemplo que mi hijo el mayor se va a encargar de llevar el control de la hora en casa, que además de hacerle sentir importante, le está sirviendo para aprender las horas.Intentamos con juegos o contando historias, o como explica Flaviamás abajo con visitas a museos, hacer que nuestros hijos aprendan, pero no necesariamente sentándoles en una mesa para hacer deberes. Ya habrá tiempo para eso cuando sean más mayores. No digo que nunca los tengan, ni que nunca estudien pero para todo hay una edad y unos límites. Esta es mi visión como madre y Flavia os cuenta la suya como profe.La importancia de hacer deberes en verano.Aprovechando el final de curso os planteo la necesidad de que los peques hagan tareas propiamente escolares en verano. Puede haber distintas opiniones al respecto, pero la mía personal es que los niños deben seguir trabajando en verano lo que han aprendido durante el curso. Casi tres meses de vacaciones es demasiado tiempo sin hacer nada.Sabemos que los niños tienen una gran capacidad de adaptación a lo que se les propone, especialmente cuando eso “nuevo” no conlleva ningún esfuerzo extra (como las vacaciones). Aprenden mucho más rápido que los adultos, su mente está más abierta al aprendizaje de cosas nuevas. Si os paráis a pensar, durante los 10 primeros años de nuestra vida aprendemos desde masticar hasta lo que es un verbo o un adjetivo, pasando por cosas tan importantes como leer, comprender u operaciones matemáticas básicas. Aprendemos cosas que nos sirven para toda la vida y de las que aún nos acordamos y muchas de ellas las ponemos en práctica varias veces al día. Sin embargo, de las cosas que aprendimos en secundaria nos acordamos menos. Yo al menos, no recuerdo cómo se hace un logaritmo o un buen comentario de texto, en cambio, recuerdo perfectamente cómo saber si me han dado bien las vueltas en la tienda. Las cosas que estudiamos en los cursos superiores nos preparan de cara a estudios especializados y si no las utilizamos posteriormente en nuestro trabajo, es muy probable que se nos olviden.Por lo tanto, si dejamos de utilizar lo que hemos aprendido es fácil olvidarlo, aunque el tiempo necesario para esto depende de cada uno y de cuánto llevábamos utilizándolo. Es decir, aunque uno de nosotros se pasara un año sin leer absolutamente nada, dudo que se nos olvidara cómo se pronuncia cada letra o cómo se escribe una palabra. Sin embargo, si un niño de infantil que acaba de aprender las letras no sigue reconociéndolas durante 3 meses, puede que olvide algunas de ellas.Retomando el hilo de los deberes en verano, por supuesto que no deben seguir trabajando al mismo ritmo que cuando están en el cole, yo creo que una hora al día es suficiente, repartida si queremos en media por la mañana y media por la tarde.  A veces tampoco es necesario sentarse a hacer fichas o cuadernillos de verano (que tampoco hay que dejar completamente de lado), puede bastar con hacer una visita a un museo, leer un poquito antes de dormir (el verano además ayuda a que sean ellos mismos los que elijan lo que quieren leer, y no lo que les mandamos desde el cole que muchas veces no son libros del gusto de todos los niños), las matrículas de los coches dan mucho juego, se pueden sumar los números o decir palabras que empiecen por esas letras; para los más pequeños jugar a ver quién encuentra más coches de un color o contar las conchas que hemos recogido en la playa (si ya las repartimos entre los miembros de la familia hacemos hasta divisiones, jejeje).¿Todos los días? Cada uno conoce a sus hijos y sabe si necesitan algún día de descanso porque el día anterior fue un día muy duro o está malito o ha pasado algo que le hace sentir mal y no está como para ponerse a estudiar. También conocemos cómo ha ido el curso y cuáles son sus puntos débiles. Es valoración vuestra. Por otra parte, esos días del verano en los que viajamos (desconozco las costumbres y posibilidades de cada familia, pero no creo que pasemos dos meses y medio de verano de un sitio a otro), esa semana que estamos en la playa o de viaje con unos amigos, podemos ser más permisivos y jugar más, dejando las fichas para cuando estemos en casa.Mi recomendación es que los niños aprovechen el verano para descansar, pero no para olvidar y para eso hay que seguir trabajando. Pueden aprender, o mantener lo aprendido, de muy diversas formas mucho más apetecibles que estar en una clase sentado con un libro delante. Éstas pueden ser campamentos de naturaleza, talleres creativos, visitas al zoo o a los museos, que pueden sonar a aburrido, pero a los niños les encantan (tengo una alumna a la que le cuesta mucho la historia y su madre me decía que habían estado en el museo arqueológico y la niña estaba fascinada y le había encantado). Así que no hay excusa para aprender de forma divertida.Y tú, ¿qué haces para que tus hijos no olviden en verano?


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