Realmente Dylan y Springsteen nunca fueron lo mismo, mas allá de que Greetings From Asbury Park recuerde al Dylan de Another Side. Era lógico. Todos crecen a la sombra del genio de Duluth. En 1975 Born To Run disparó a Springsteen a un estatus privilegiado y con su carrera posterior hasta Tunnel Of Love, pudo llegar a alcanzar la proeza del Dylan de los 60 y 70. En los noventa ambos se perdieron y ambos se encontraron, pero en el nuevo siglo se han convertido en dos artistas antagónicos. Mientras Dylan ha logrado un estado de madurez creativo pletórico (Time Out Of Mind, Love and Theft, Modern Times, Tempest...), Springsteen ha envejecido su formula de la mano de fallidas producciones, falta de canciones esenciales y mucha sorbreexposición. Uno se ha renovado a su manera y ante la admiración perpetua de seguidores como servidor. El otro se ha marchitado fruto del querer estar siempre en la pomada cuando lo que siempre mas me atrajo de el, era su perfil mas bajo, mas terrenal. Repasemos y comparemos sus etapas desde los ochenta....
Años 1980-1989: Dylan continua en plena etapa cristiana. Saved y Shot Of Love me encantan pero hoy dia, pocos los recuerdan (injustamente). Con Infidels vuelve a entregar nuevos clásicos y recupera a parte de la audiencia perdida entre los sermones de giras recientes. Pero a mitad de década, encuentra un camino sin retorno con albumes fallidos, falta de inspiración y una afición a la botella que casi acaba con su carrera. Para alivio de todos aparecen los Travelling Willburys y Daniel Lanois (Oh Mercy) y le dan un poco de aire en forma de crédito artístico ante las nuevas generaciones. Bruce arrasa desde 1980 con su gran obra cumbre: The River. Su prestigio como artista de directo sube como la espuma gracias al boca a boca. Nebraska afianza su figura de músico autentico y de culto, pero Born In The USA lo lleva a las televiones de todo el mundo gracias a una colección de temas impoluta. En 1986 todo el mundo quiere ser Springsteen. Tunnel Of Love baja la intensidad pero es el colofón perfecto a una década triunfal. No se puede hacerlo mejor. Punto para Springsteen.
Años 1990-1999: Dylan continua con suNever Ending Tour (iniciado en 1988), atravesando etapas gloriosas con otras menos recordadas. Empieza flojo conUnder The Red Skypero gracias a dos discos impecables de versiones de viejos clásicos (Good As I Been To You y World Gone Wrong) se encuentra así mismo, se autoreafirma y sella en 1997 uno de los mejores discos de la década:Time Out Of Mind. Tras ese trabajo, su figura vuelve a brillar como antaño, actúa ante el papa, gana los Grammysque se le debían y relanza su carrera.Brucedecide romper con laE Street Bandpara entregar dos discos incomprendidos pero necesarios (Human Touch yLucky Town). Sigo defendiendo esa etapa y alSpringsteensin laE Street Band. Tras el previsible fracaso comercial, gana unOscar,graba un album minimalista (The Ghost Of Tom Joad) y reunifica a la banda de su vida en una gira que presentaba una antología impecable de temas inéditos (Tracks). Empate técnico.
Años 2000-2009: Dylan gana su Oscar y en 2001 lo borda de nuevo con Love And Theft. La madurez del genio es un hecho y vuelve a tener a todo el mundo a sus pies, como en 1966. Refuerza su interés ante los aficionados gracias a nuevas entregas de la Bootleg Series y revisiones de su catalogo. En directo se sigue mostrando imprevisible, diferente, y genial. Siempre por delante, aunque no le entiendan. Su voz se hace mayor y tira hacia lo crooner. Y le siguen mas triunfos (Modern Times). Bruce pega el gran bombazo con The Rising. Vuelve a los estadios de la gira del 85 y su nombre recupera todo el clamor popular. Se atreve a volver por los cauces acústicos (Devils and Dust), revisiona su cancionero e incluso el ajeno (We Shall Overcome: The Seeger Sessions). Hasta ahí muy bien. Incluso ofrece nuevas referencias de fondo como las cajas de Born To Run o Darkenss On The Edge Of Town. Pero lejos de seguir con la linea de trabajo de sus mejores años, decide explotar al máximo su figura y empieza a aparecer en todos los medios de forma constante. Ademas, la pila creativa se le acaba y toma decisiones erróneas por intentar sonar moderno. Punto para Bob.
Años 2010-Actualidad: Ambos siguen en la misma linea. Dylan incluso mas imprevisible que nunca y Springsteen mas cansado y repetitivo. Mientras el de Minnesota vuelve a demostrar que sigue en forma (Tempest), juega con nuestra imaginación gracias a esfuerzos tan curiosos como el disco de villancicos. En directo sigue siendo el mismo. Pierde audiencias en sus conciertos pero gana fieles en su religión. Dylan ya es eterno aunque cumpla años y años. El de Freehold actúa sin parar y suple con soltura bajas irreparables en el seno de la ya machacada E Street Band. Se agradece su entusiasmo y su energía juvenil, pero ya resulta repetitivo a ojos de muchos de sus seguidores. En estudio, en mi opinión, entrega el peor disco de su carrera (Wrecking Ball) y se adentra en un extraño callejón sin salida. Lo que antaño era perfeccionismo ahora es un todo vale que muchos no toleramos. Punto para Bob.
Así esta el asunto a dia de hoy. Y mientras uno actúa de la mano del presidente demócrata de turno, el otro hace anuncios para coches y lencería de mujer. Que tiene eso de diferente? Para mi, nada. Ambas cosas me parecen nobles y comprensibles. Así es el negocio...o no?