Todos los hermanos eran valientes
1953
Miklos Rozsa
La túnica sagrada
1953
Alfred Newman
Historia de 3 amores
1953
Mirlos Rozsa
Johnny guitar
1954
Victor Young
Los 10 mandamientos
1956
Elmer Bernstein
Vidas borrascosas
1957
Franz Waxman
Sayonara
1958
Franz Waxman
En esta década hemos de añadir a la lista de los grandes compositores los siguientes;
Alex North
Ernest Gold
André Previn
Jerome Moross
John Green
‘Cantando bajo la lluvia’
‘Un americano en París’
‘7 novias para 7 hermanos’
Pero hay una obra que ha marcado una historia en el cine y las bandas sonoras; ‘Ben-Hur’ del húngaro Miklós Rozsa, de 1959. Ha sido una de las películas más nominadas de la historia del cine y su BSO no podía ser menos.
En los 50 había tan buenos directores de cine, actores tan importantes, guiones estupendos, películas grandiosas en calidad y presupuesto y grandiosos compositores que hacían difícil no hacer cosas de gran brillantez. Y esa sería una forma de definir esta década, una década de gran brillantez musical. Tal vez la madurez de los Newman, Tiomkin, Rózsa y todos los de su generación, unidos a los que ya relumbraban como North, Gold y otros iban a producir una etapa esplendorosa, de las más grandes de la historia de la música de cine.
Un aspecto de la música de cine es sin duda la capacidad que tienen los compositores para adaptar la melodía al momento histórico, o el lugar donde se desarrolla la narración. Marcan un estilo de ese género, lo que permite imbuirnos de la trama con más intensidad. Nos hace vivir y sentir, de modo que hemos ‘aprendido’ a asociar las películas del ‘oeste’, de ‘romanos’, de historia sagrada, de aventuras de piratas, de ciencia ficción, comedias o cualquier otro género con un estilo muy particular de banda sonora.
Algunos compositores se especializaron en géneros concretos y otros en cambio preferían más variar en sus trabajos. Para ver esto podemos fijarnos en las tablas de los compositores y examinando sus títulos percibiremos mejor este punto.
Después, con el pasar del tiempo los nuevos compositores han seguido esas líneas trazadas que dejaron los grandes maestros. Aunque han indagado en nuevas formas de expresión, aprovechando también las tecnologías y los nuevos sonidos, que ha permitido dar una cierta frescura al género en cuestión.
Rózsa era un experto en partituras para películas históricas, pero se sentía cómodo con cualquier género, y lo mismo le ocurría a Newman, Steiner o Waxman. Tiomkin hizo muchos trabajos para el género del Oeste americano. De todas formas, en aquella década los compositores disfrutaban haciendo trabajos de gran nivel artístico y nosotros podemos aprender de ellos al escuchar y disfrutar de todo este abanico de riqueza musical.
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