Decálogo para criar a un ser humano pleno

ID-10089307 En los últimos días ha estado circulando por las redes sociales un decálogo del juez Calatayud, un profesional de las leyes que ha recibido a muchos adolescentes en su juzgado y que es famoso por sus sentencias de “reparación”. Su experiencia y singularidad a la hora de abordar los delitos de menores le ha conferido mucha autoridad y quizá por eso sus palabras son difundidas con entusiasmo por muchas personas, con entusiasmo y quizá poco análisis. Porque sin duda el decálogo que podemos leer en las redes es poco afortunado.

Es bastante común en algunos profesionales inclinar la balanza del lado de los adultos, es decir, convencernos a padres y educadores a base de miedo de las inclinaciones delictivas de los niños y chavales. Emplear la advertencia de una posible sublevación infanto-juvenil para esclavizar a sus mayores de referencia. Usar la ironía y el sarcasmo para tapar las faltas de atención, apego y amor que tenemos con los niños.

Enseñar lo que NO tenemos que decir, hacer o dar a nuestros hijos, so pena de terribles consecuencias, en lugar de contar lo que REALMENTE necesitan -necesitamos- los seres humanos para crecer en plenitud. Poniendo el acento en el NO convertimos la crianza y la educación en una lucha constante para evitar problemas futuros, para no perder autoridad, para que aprendan a obedecer y ser “buenos ciudadanos”. Poniendo el acento en el SÍ aceptamos a los hijos como son, los acompañamos con confianza en ellos y sus posibilidades, somos modelos en vez de jueces y críticos, y apoyo en lugar de castigo.

Este es el decálogo que yo propongo para criar un ser humano pleno:

Dale a tu hijo lo que necesita cuando no pueda procurárselo él mismo y permite que lo haga cuando esté en sus manos: así crecerá respetándos, cuidándose y amándose
Ríete con él en los buenos momentos y acógelo en el llanto, la frustración y la rabia: así sabrá que todo lo que es y siente es natural, tiene una razón de ser y le guía en el camino de la vida
Contempla con él la naturaleza, el arte, la música, lee filosofía e investiga: apreciará el conocimiento y la creatividad del ser humano y se lanzará en un impulso natural a la creación y la experimentación
Explícale con tus palabras y tu ejemplo cómo convivir y respetar a otros y recuerda respetarlo: así comprenderá que los errores son parte de la vida y que siempre hay opciones que están a su alcance, como la reconciliación, el perdón y el afecto incondicional
Comparte con él al organización de la casa, respeta su espacio y conviértelo en cómplice apreciando su aportación a la familia: hará las cosas por cariño y necesidad personal y no para evitar riñas, enfados o castigos
Lee y usa las nuevas tecnologías en su compañía, enséñale la magia de la irrealidad en los medios de comunicación y la publicidad y siembra en él el espíritu crítico que necesita para decidir qué quiere creer y qué no, aprovechando todas las posibilidades que le otorgan la palabra escrita y las redes sociales
Explica y marca tus límites con firmeza y serenidad, como una forma de sentirte respetado en tu persona y en tus pertenencias. Si pones normas consensúa y acuerda con tu hijo todas las que sean posibles. Será capaz de poner sus propios límites y de hacer que sean respetados.
Muéstrale cómo funciona la economía y la sociedad, fomenta su espíritu emprendedor y habla del dinero con naturalidad: aprenderá a usarlo con responsabilidad, libertad y conciencia, a usarlo para hacer realidad sus sueños y poner en juego su talento
Acompáñale cuando esté frustrado, permite que lo exprese, empatiza y acoge sus emociones: será capaz de reconocerlas, de comprender lo que siente y de dejarlas pasar sin bloquearse o reprimirlas en su interior
Escucha sus anécdotas, deseos, preocupaciones y opiniones, respeta sus palabras y sus silencios, cuéntale lo que haces, piensas y sientes: vivirá el intercambio y la comunicación como una riqueza