Decálogo para el éxito

Aún recuerdo el día en el que dije de forma pública que uno de mis objetivos es tener éxito… ¿Sabes qué pasó? Que me desearon mucha suerte para lograr la fama en medios como la televisión o la radio. Y, ciertamente, estaba colaborando (y sigo haciéndolo) con distintos medios pero no me refería a la fama ni a dichos medios porque para mí el éxito no es más que tener la libertad de poder hacer lo que quiero en cada momento.

El éxito es definido como un resultado feliz para un negocio o una acción, como una buena aceptación… No obstante, aquí me voy a referir al éxito como la forma de lograr aquello que te propones, tomando tus propias decisiones, superando todo lo que te impide avanzar, dejando atrás creencias limitantes, miedos, las circunstancias externas, las excusas…

¿Qué te parece? ¿Vamos a ello?

DECÁLOGO PARA EL ÉXITO

• Sé consciente de tus pensamientos y focalízalos hacia tus objetivos:

Tener claro qué quieres conseguir y para qué lo quieres es imprescindible para poder orientarte hacia su consecución y, así, hacia el éxito. Fíjate en tus pensamientos y tu diálogo interno: ¿te dicen que no podrás? Deja atrás las dudas y focalízate con autoafirmaciones que te recuerden hacia dónde vas a llegar (hacer lo contrario solo conducirá a tu mente, tu cuerpo y tu realidad hacia el fracaso más absoluto).

• Disfruta y siente la pasión por lo que haces:

¿Has escuchado alguna vez eso de que disfrutar de lo que haces perfecciona el resultado? Encontrarte a gusto haciendo algo que te apasiona no es incompatible con la palabras “trabajo”, “profesionalidad”, “resultados” o “seriedad”. Encuentra la forma de sacar el máximo partido a todo lo que hagas en esta vida pues, al fin y al cabo, lo único seguro en la misma es la muerte.

• Entrena tu resistencia a las dificultades:

Debes ser consciente de que todo tiene un precio: TODO. Así que si quieres lograr ciertas cosas debes estar dispuesto/a a pagarlo… Por ejemplo, para emprender en un negocio innovador es importante que seas perseverante porque conlleva un tiempo de rentabilización, establecimiento de confianza, visibilidad y etc. ¿Qué pasa si te rindes a la primera de cambio? Yo te lo diré: ese negocio no llegará al año de vida pues no has entrenado tu resistencia a la frustración. Todo tiene un precio pero también unos tiempos… ¿Verdad que no dejarías la dieta después de ver que tras el primer día aún no has conseguido un cuerpo de infarto? Pues es lo mismo. Has invertido mucho hasta ahora, no lo tires por la borda a causa de un mal día o un traspié. ¡Gestiónalo y sigue adelante!

• Valora tus fortalezas y logros para potenciar tu confianza:

Si tienes presente cuantísimo vales y celebras cada pequeño logro que consigas… ¡Estarás reforzando tu confianza y potenciando, con ella, todas tus capacidades! Gracias a dicha seguridad seguirás caminando hacia tu objetivo, aprendiendo y creciendo, mereciendo todo cuanto consigas.

• Recuerda cuánto vales, recuerda que lo mereces todo:

A tenor del punto anterior… ¡Valórate! Si tú no lo haces, ¿quién lo va a hacer? Por supuesto que vales y mereces lograr cuanto te propongas pero si no te lo crees será imposible que nadie “te lo compre”. Es como si intentaras vender un producto en el que no crees y en el que no confías…

• Descubre la forma de gestionar tus emociones y ejercer tu autocontrol:

Ser capaz de controlarte y gestionar tus emociones  te va a permitir ser autosuficiente. Ya no necesitarás que nadie te motive o te anime a hacer algo que parece que deseas hacer… Sabrás qué quieres, lo sentirás y lo darás todo por conseguirlo.

• Convierte los melodramas en microdramas:

Vivir sacándolo todo de su justa medida es vivir sufriendo por pequeñeces. Cuando suceda algo y te descubras haciéndolo más grande de lo que es puedes optar por echar mano del sentido del humor o, incluso, utilizar el reencuadre para ver la situación desde otra perspectiva. Además, si hasta ahora has exagerado las dificultades… ¿Por qué no exagerar las alegrías? Puedes leer más sobre cómo convertir los melodramas en microdramas aquí.

• Espera, con paciencia, a que las cosas sucedan:

¡No adelantes acontecimientos ni vivas con prisa! Ambas cosas se convierten en fugas de energía que podrías estar invirtiendo en acercarte aún más a tus objetivos. Y es que, no tiene ningún sentido preocuparse por lo que aún no ha sucedido (ya te ocuparás cuando suceda, si es que sucede…) ni pretender ver u obtener resultados aquí y ahora, a sabiendas de que todo tiene su tiempo y proceso. Deja que las cosas fluyan

• Practica la asertividad y aprende a decir “no”:

Como ya te he dicho muchas veces, aprender a decir “no” te liberará de una forma que no puedes ni llegar a imaginar. No temas a las represalias pues lo importante es cómo lo digas, no lo que digas… Sí sí, suena extraño pero te lo explico con más detalle en otro artículo que puedes leer aquí.

• Coopera en lugar de competir o compararte:

Te he comentado más arriba que, para alcanzar el éxito, es importante focalizarse en dirección al objetivo y en ese viaje hacia el mismo no hay lugar para las competiciones ni las comparaciones. Y sí, te diré por qué: competir no te va a acercar a tu objetivo, te va a entretener y, a lo sumo, va a aumentar tu ego o el de tu contrincante (además, la vida no es una batalla constante… Keep calm!). Asimismo, compararte tampoco te acercará al éxito; incluso me arriesgo a decir que te alejará de él pues causará estragos en tu autoconcepto y sin autoestima y confianza lo más probable es que se desmonte todo lo que has hecho hasta ahora. Aquí te dejo un test sobre la comparación y unas pautas para librarte de ella.

Ahora solo te queda adaptarlo a tu caso concreto, ponerlo en práctica y… ¡Disfrutar del camino!