Superpoderosas
La maña de Santiago y Javier
Cumpleaños con eco
Aunque la plantilla de nacionales fue espléndida (con la presencia de maestros del medio como Daniel Torres, Javier Olivares, Miguel Gallardo, Miguelanxo Prado, Antonio Altarriba o Esteban Maroto), entre los autores invitados internacionales no había tantos nombres de relumbrón como en otras ocasiones; aparte de unos tales Serpieri y Azzarello, que firmaron toneladas de cómics. Se contó, eso sí, con la presencia de muchos artistas, más o menos jóvenes, más o menos consolidados, de los que se está hablando mucho o que darán mucho de que hablar, y cuya obra muestra ya rasgos de excelencia. Nos encantó volver a ver a un Jali que creíamos desaparecido, conocer al talentoso Gustavo Rico, inmejorablemente acompañado de ese gran guionista que es Jorge García (a quien un día nos encontramos en un autobús) y observar en acción a artistas tan dotadas como Marion Fayolle, Zeina Abirached o Mathilde Domecq.Eleuterio Serpieri. Hacedor de beldades
Brian Azzarello. A mí los fans
Daniel Torres. Como arquitecto por su casa
García y Rico, talento y simpatía
Marion Fayolle. La délicatesse
Zeina Abirached. Oriente es oriente
Mathilde Domecq. No, nos somos hermanas
Pero si por algo recordaremos esta Edición del Salón, en el plano personal, fue por el “momento mágico” que vivimos el sábado a las 5 en punto de la tarde. La llegada de “el señor de la noche” se aguardaba con expectación desmedida: los afortunados que habían ganado en un sorteo el privilegio de saludarle en persona y disfrutar de una firma dedicada, se apelotonaban junto al stand de firmas preparado ex profeso para él junto al stand de ECC Ediciones; los miembros de seguridad les daban instrucciones acerca de como proceder en su presencia; el periodista que iba a entrevistarle antes de la sesión esperaba junto al cámara de televisión y repetía para el cuello de su camisa las preguntas que había de hacerle antes de que comenzaran las firmas; y los curiosos revoloteábamos alrededor, con la única intención de ver en directo y fotografiar con el móvil al mito. En esas, apareció un miembro de la organización y nos preguntó a los presentes si estábamos interesados en asistir a la conferencia del homenajeado. Ante nuestro asentimiento bovino, nos soltó entradas de primera fila a quienes tuvimos a bien estirar la mano. Tick-tack, tick-tack. Dieron las cinco y asomó él, serio pero con una mueca de sonrisa irónica, ligeramente encorvado y consciente de que a todos los presentes nos tenía ganados de antemano. Señoras y señores, con todos ustedes, un genio, el Señor Frank Miller. Muy por encima de incomprensibles e insultantes perfiles periodísticos y rumores sobre serias dolencias, estábamos ante uno de los nombres esenciales en la historia del cómic. Un tipo que se merece el mismo respeto que los mejores directores de cine y novelistas vivos. Aplausos.Genio 1: Miller, rockandroll star
Un momento... Ya hemos aplaudido, ¿nuestra ovación tiene eco? Estalla otra ola aplausos, pero suena en la distancia. Dejamos a Miller unos instantes en busca de otro acontecimiento. Sólo unas decenas de metros más allá, otra masa de fans enfervorizados se agolpa, grita y agita palmas (con más vehemencia aún que en el caso del Señor de la Noche). “¿Qué pasa?” “Es Ibáñez. Acaba de llegar”. Son las 17:05 y se acumulan los genios en el Salón. Alguien le canta el cumpleaños feliz a un tipo calvo y sonriente de 80 años que durante mucho tiempo fue la industria del cómic en España y que ahora acaba de ver publicada en un sólo volumen una de las series más macanudas, influyentes y desternillantes del tebeo español: 13, Rue del Percebe. En el recibimiento a Ibáñez hubo mucho de admiración, reconocimiento espontáneo y homenaje a un señor que es maestro de maestros y al que algún día (tarde, seguro) se le dedicarán calles y Honoris Causa póstumos.Genio 2: Ibáñez, rockandroll star
Así, con esa sensación de “pues-a-lo mejor-sí-que-hay-que-volver-el-año-que-viene”, que suele seguir al hastío cansino de un mediodía con lata y bocata en el suelo de una nave industrial, paseamos, compramos tebeos (de los que ya les hablaremos aquí) e hicimos tiempo hasta la hora de la conferencia a pachas Miller-Azarello. Colas y más expectación, pero, amigos, teníamos un ticket de primera fila. No se lo pusieron fácil los agasajados al presentador de la charla ni al traductor, pero poco a poco, los dos dibujantes fueron deglosando planes, opiniones y agradecimientos. Dejó entrever Miller, por ejemplo, que a lo mejor Sin City vuelve a aparecer en un mapa. Confesó muy serio, entre las risas, perplejas o cómplices, de la audiencia, que en su carrera ha trabajado más con DC porque son los que tienen buenos personajes. Durante la ronda de preguntas de un público, que después de la pugna por ganarse un sitio tuvo que hacer cola ordenada en el pasillo para preguntar por turnos, Azzarello tuvo tiempo hasta de hablar bien del cómic español y de un autor como David Rubín (nos sumamos al club de fans), quien entre el público y algo descolocado por la situación (la escena no estaba preparada) agradeció los halagos a un sonriente Azzarello. Después, distendido ya el ambiente y con la carcajada a flor de piel, Azarello le soltó un “sonofabitch” amistoso a un agudo e impertinente joven preguntador, peroesa ya es otra historia...Yo estuve allí
Se la contamos cuando, cabreados como una mona por los premios, nos encontremos con alguno de ustedes en el siguiente Salón.e deuien le canta el cumpleańoseliz a un tipo calvo y feli pero suena en la distancia. Dejamos a Miller unos instantes en busca