Revista En Femenino

Decir ‘no’ también educa

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

¿Cuántas veces hemos visto niños que pierden el control de sus reacciones cuando sus padres o cuidadores les niegan alguno de sus caprichos? Cuando esto sucede, y ante el 'numerito' que son capaces de montar los pequeños con sus reacciones, muchos padres acaban cediendo a sus deseos, con el objetivo de que al menos se callen.

Realmente, las rabietas de los pequeños son una de las mejores maneras de poner a prueba la paciencia de los padres, pero cuando decimos que si a todo solo conseguimos potenciarlas.

Aunque nos parezca lo contrario, la verdad es que cada vez que decimos un NO justificado y firme a alguna actitud de nuestro hijo, estamos educándole.

Eso sí, debemos hacerlo desde que es muy pequeño y de manera firme. Es esencial que no le dejemos que nos tome el pelo en ningún momento.

No debemos caer en la ilusión de que diciendo que NO vamos a conseguir cambiar esas cosas del carácter de nuestros hijos que no nos gustan. Pero, sí que es verdad que, de esta manera, lo estaremos educando en la tolerancia a la frustración, lo que le resultará muy válido a medida que vaya creciendo y tenga que enfrentarse a otros problemas.

Decir ‘no’ también educa

¿Qué es la tolerancia a la frustración?

Cuando corregimos las actitudes exigentes de nuestro hijo, y le enseñamos que no va a poder conseguir todo lo que quiere y cuando lo desea, le estamos educando en la tolerancia a la frustración. Esto ayudará a que sea estable emocionalmente durante toda su vida.

Cediendo ante la rabieta del niño para evitar enfrentarnos a sus quejas, solo hace que lo convirtamos en un pequeño tirano que nos será muy difícil de manejar a medida que se hace mayor. Y conseguiremos que se acabe convirtiendo en un adulto para el que cualquier contratiempo se convertirá en una tragedia muy difícil de asumir. Es decir, le estaremos abocando a vivir en una ansiedad constante.

Decir ‘no’ también educa

¿Por qué los padres tenemos miedo de decir que NO?

Curiosamente, si observamos a padres e hijos, nos damos cuenta de que para los pequeños es muy fácil decir que NO a cualquier cosa que le ordenen sus padres. En cambio, los adultos tienen verdaderos problemas para negar algo a los niños, ya que muchos tienen el convencimiento de que poner límites hasta los 6 años lo único que logra es romper su crecimiento armonioso.

Igualmente, los expertos en educación establecen una serie de causas que nos llevan a evitar decir que NO a nuestros hijos, y que son esencialmente las siguientes:

  • No tener fuerzas para un enfrentamiento
  • Querer compensar el poco tiempo que se pasa con el niño
  • Querer ser aceptados por los hijos, sea como sea
  • Haber tenido un niñez demasiado estricta, y no saber encontrar un equilibrio entre la permisividad y la educación con nuestros hijos.
Decir ‘no’ también educa

La actitud de los padres

La actitud correcta de los padres pasa por no ser dictatoriales, pero sí saber demostrar su autoridad, incluso con su expresión y su tono de voz. También es importante que no caigamos en la provocación de las rabietas de nuestro hijo, y que le dejemos solucionarlas por sí solo, demostrándoles que no nos pueden hacer chantaje con ellas.

Finalmente, un consejo importante es que aprendamos a corregirlo tanto en casa, como en la calle, quitándonos de encima esos mitos de ser un mal padre por no dar a nuestro hijo todo lo que quiere.


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