Declaración emotiva de principios poco tradicionales

Otro post leído de “esto es Twitter“. Otra vez el “blog se ha muerto“.

Me desagrada la endogamia tribal por sobre cualesquiera otros defectos sociales. Alguno puede sentirse molesto por la envidia, la ambición desmedida o el grado admitido socialmente de banalidad televisiva. A mí, la endogamia de una sociedad -ya sea una familia, ya un país- me produce zarpullido mental ¿se entiende el concepto?

Es molesto, pica, es continuo. No hay cura, sólo esperar que pase. Pero vuelve, la endogamia, este síndrome de mirarse el ombligo me supera tanto en versiones presenciales, regionales, idiomáticas, raciales, analógicas, como digitales. Puedo soportar el grito, la desmesura, la impasividad y hasta cuatro clases distintas de auto-complacencia, pero no soporto las creencias, tradiciones, costumbres y otras malas prácticas que llevan a decir “nosotros esto, vosotros aquello”; “siempre es así, siempre será así“. No me gustan los Gurúes, pero los prefiero a los aprendices de tiranozuel@s.

Para quienes me conocen personalmente, esto que digo no les sorprenderá. Para quienes me leen, tampoco. En este blog escribo de marcas y de su gestión; de la comunicación de marcas y de las pautas, normas y guías de comportamiento para que las empresas se superen a sí mismas, los empleados de éstas a sí mismos y las marcas se vuelvan algo más que productos. Toda crítica a marcas y empresas será en función de aportarles a . éstas otro punto de vista y a quienes -como tú- me leen, una opinión profesional y personal.

Este post sale así: sin enlaces, sin menciones. No quiero ruido. El mundo es bastante grande y bello como para ponerle fronteras, enemigos y pequeños sargentos gritones.

Mañana volvemos con un artículo sobre comunicación. Hoy, tenía mi pataleta.

Paz.