Hace poco escuché una palabra que me hizo ruido, pero no supe si de manera negativa o todo lo contrario. Escuchar al nuevo feminismo cuando habla de “deconstrucción” fue algo que al menos me hizo pensar. ¿Debía yo deconstruir los valores con los que fui criado para “hacerle un lugar a sus reclamos”
En lo personal no me considero machista en absoluto. Pero conservo muchas cosas que hoy caen algo mal, como por ejemplo, dar el asiento a una mujer, pararse cuando llegan a una mesa, ofrecerme a llevarle cosas, pagar una cuenta, etc. Para mi era pura caballerosidad, pero resulta que para otros estoy cometiendo “micromachismos”.
Honestamente trato de modificar cualquier cosa en mi conducta que me esté convirtiendo en alguien anquilosado, con poca propensión a la adaptación, pero la deconstrucción en esos terminos, me parece una real payasada.
Deconstrucción más allá de la moda
No obstante, me parece un término fabuloso para aplicarlo evolutivamente sobre nuestro aprendizaje. Sobre nuestras estructuras de conocimiento y sobre todo lo que hemos aprendido de un sistema interesado en enseñarnos ciertas cosas, mientras nos hace ignorar otras. Sé que suena bastante conspiracionista lo que digo, pero ¿por qué hemos de asumir que el conocimiento pre-seleccionado y pre-digerido nos cabe a todos por igual? ¿Acaso quienes marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad no fueron llamados ignorantes, confabuladores, ridículos y una gran cantidad de descalificativos tendientes a anularlos? ¿Acaso varios de esos hombres y mujeres no fueron decisivos en la evolución socio cultural?
Por donde empezar
Dudando de todo y de todos. La ciencia tal y como la conocemos tiene límites. La mayoría de ellos, económicos y políticos. Algunos creen que los laboratorios ponen a la ética por encima del beneficio económico, pero ¿estás dispuesto a creer en eso? Sería como creer que la política no enriquece bolsillos y está llena de funcionarios con real vocación de servicio que no buscan lucrar con ella, ¿acaso no son humanos?
Los límites
En lo personal, estoy dudando de cada una de las cosas que he asimilado como verdades absolutas desde que he comenzado a educarme. Desde la existencia de los dinosaurios, las bombas atómicas, el Big-bang o la forma de la tierra. Pero claro, tampoco me voy a calzar una túnica blanca y a salir a tratar de evangelizar sobre lo que estoy aprendiendo a mi manera, esta vez, de la manera que hubiese elegido por mi mismo. Es decir, me estoy DECONSTRUYENDO para poder asimilar. Y hablando de hasta donde llegaría, pues, mis límites son claros. Y tendrían que ver con la medicina. Hay gente que ha emprendido una cruzada virulenta contra las vacunas. De hecho acaba de morir de gripe una activista anti-vacunas y en el mundo hay rebrotes de enfermedades extintas. Para evitar eso, hay que tener en cuenta que la ciencia no es toda por puro interés económico y que ha mejorado, a lo largo de los años, nuestra calidad de vida y hasta expectativas que casi llegan a los cien años de edad y aumentando. No atentemos contra nuestra propia especie cambiando la mentada deconstrucción por la demolición.
LA NECESIDAD
La necesidad de que esto ocurra, de que tengamos un proceso de reorganización y aprendizaje puede pasar por cada uno, pero no siempre se está al tanto. Hay gente que cree que tiene una excelente calidad de vida porque tiene un empleo bien remunerado, casa, auto, vacaciones con viajes, lujos, etc, sin embargo, luego cae presa del stress de las enfermedades más dolorosas y a veces hasta mortales. Cuando se está inmerso en un sistema carnívoro, no es difícil terminar fagocitado.
Te invito a DECONSTRUIRTE pero sólo para colocar cada nuevo ladrillo, en el lugar que quieras.