Me encanta que se acerque la Navidad, pese a que tuve un tempo en que no me agradaba demasiado, comprendí que el espíritu se llevaba dentro y que no era necesario realizar alardes de exteriorización más allá de lo que lo haría en cualquier otra época del año.
Cuando vienen los niños, afrontas ésta époc de otra manera, más tierna, más cómplice, en definitiva más familiar, por ello ahora que en casa ya estamos sacando las cajas de adornos, pretendía escribir un poco sobre esto.
DECORA TU CASA : UN RINCON PARA COMPARTIREmpieza el tejemaneje de los niños, ellos están mucho más preparados y motivados para sacar, rebuscar, desenrederar y descartar los adornos navideños.
Ya se saben de memoria la ubicación de las cajas en el trastero, y también son conscientes de que algunas de ellas, por su peso, es mejor que las coja papá. Así por lo menos, nos aseguramos de que el corto trayecto desde el almacén hasta el salón, llegan sanas y salvas.
El protocolo no es largo, está imbuido de complacencia, de estrés positivo, de impaciencia y por que nó, un poco de ansiedad. Al final, todos pensamos en ver el árbol rodeado de regalos, las galletas mordisqueadas, y el vaso de agua vacío. ¡Menos mal que comen poco!
Por la escalera aparecen figuras de resina, con aspecto de renos, con aspecto de papa Nöel, aparecen un montón de camellos, (por qué no nos conformamos con un solo equipo), aparecen Nacimientos de cartón, de juguete, de porcelana, de resina. En fin, EN MI CASA LO PONEMOS TODO, ¿y en la tuya?
Un papá Noel de resina enorme nos recibe en la puerta. Es gris y blanco y lleva con nosotros bastantes años, le heso cogido cariño, pese a que año tras año a adquiriendo una pátina de cariño que a los niños les encanta. Dicen que envejece, que mejora con el paso de los años. Cuando llegó a casa, era más alto que mi hijo menor, pero ahora, es capaz de cogerlo debajo de su brazo y elevarlo por encima de su cabeza sin el menor esfuerzo. El tiene sus propias, pero sabe que el criterio de mamá prevalece, que no hay discusión.
Este fin de semana, nuestra casa lucirá bonita, nuestra casa se engalanará para albergar sin resquicios bastante cariño, un mucho de alegria, unas gotas de solidaridad, y un "mogollón" de felicidad. Lucirá por todos sus rincones, en todas las habitaciones, y quedará decorada como a nosotros nos gusta. Con un poco de estilo, con un poco de clase y con respeto por la religión que mi familia quiere seguir. A mi éste aspecto me da un poco igual, pero me han educado para ser respetuoso con todo el mundo, y aunque a veces me cuesta un poco, como a cualquier ser humano, intento transmitir estos valores a nuestros hijos.
Así qué, no lo olvides, decorar la casa es una tradición bonita, que te ayudará seguro a comenzar las fiestas navideñas con alegría e ilusión.
Espero que os haya gustado la reflexión del Viernes, si es así ¿Por qué no lo compartes? El equipo de UlulayPublicado el 4/12/2015