La decoradora Aurora Monasterio decidió transformar una antigua oficina en Madrid, para convertirla en su casa ideal. Después de largos papeleos y complicados trámites burocráticos rematados con una gran reforma, resultó un interior sereno y elegante, decorado en un actualizado estilo clásico.
Inicialmente era una lúgubre oficina, que se ha transformado en una feliz y luminosa vivienda, gracias a las nuevas ventanas y la distribución completamente abierta, con tabiques de cristal. ¿Despacho o comedor? Ambientes muy versátiles y con una protagonista indiscutible: La cocina.
La obra fue integral: donde otros verían obstáculos Aurora veía posibilidades: "Es lo bueno de empezar de cero, que tienes en bruto un espacio y lo puedes hacer completamente a tu gusto y a tu medida".
Las paredes y carpintería en una paleta de colores muy neutra sirve de base al resto. En cuanto al mobiliario encontramos de todo, muebles heredados, comprados en el rastro, en wallapop o incluso en tiendas de decoración actual.
El principal objetivo era que aquel angosto bajo se inundara de luz, por eso necesitaba espacios abiertos y amplios, para que la luz fluyera sin obstáculo. La solución fue eliminar paredes y dejar las menos posibles. Las ventanas también se modificaron y se ampliaron. ¿Objetivo conseguido! No?
Fotos: Felipe Scheffel Fuente: El mueble
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