Si otras temporadas ha sido el turquesa o el color mint el que ponía los toques de color sobre una decoración neutral en blancos, grises y negros, esta primavera parece tocarle el turno al amarillo y además con acierto. El efecto es absolutamente refrescante y alegre, a la vez que cálido y sosegado y si es en un tono mostaza como en esta casa, es además discreto y elegante. Anima mucho las habitaciones que puedan resultar algo estériles o monótonas. Se puede jugar con el color amarillo como siempre en los accesorios y textiles o incluso en alguna pieza de mobiliario y así conseguir bonitos contrastes también con las texturas. Yo ya he empezado a fijarme en el amarillo para casa y ¿vosotros? feliz miércoles!!
Vía: BoBedre, fotos: Ragnar Hartvig