La Navidad está cada vez más cerca, y pronto llegará el momento de abrir de nuevo las cajas donde guardamos los adornos. Cada año hacemos el mismo ritual: la tradición manda en estos quehaceres, y en casi ningún hogar falta el árbol de navidad o el nacimiento, con el pesebre y sus figuras, casitas, castillo, puente, y demás objetos. Y también, Año tras año disfrutamos de estos momentos tan entrañables como divertidos, mucho más especialmente cuando hay niños en casa.
Casi por costumbre, cada Navidad añadimos alguna figura nueva al Belén, y también incluimos alguna novedad al árbol. Eso sí, el árbol es el mismo todos los años, aunque su decoración resulta siempre algo novedosa. El árbol es sin duda de los adornos más significativos, y aunque nos lleve bastante trabajo sacarlo de su caja y estirar las ramas, el momento de decorarlo es siempre uno de los más esperados. También decoramos la casa con otros elementos ornamentales, como la corona en la puerta, las plantas de Pascua, y algunas ramas secas pintadas en oro o plata combinadas con ramas de acebo.
El procedimiento de colocar los adornos de navidad, tiene su propia liturgia. De entre los niños, los más mayores se encargan de colocar en nacimiento. Para eso, han tenido que ir a recoger arena y un poco de musgo. Después, con la guía de la abuela, van colocando primero el terreno, y a continuación las distintas figuras y construcciones.
Para los más pequeños, organizamos una tarea muy divertida, que consiste en hacer nuevos adornos para el árbol. Lo cierto es, que aunque decimos que lo hacemos para los peque de la casa, realmente son los mayores los que más disfrutan de este momento, pues de algunas forma, nos sirve para renovar la ilusión, al contagiarnos de la emoción que ponen los pequeños.
Lo que se pretende es modificar los elementos dominantes del árbol, y mantener algunos adornos, como las luces y las guirnaldas. Solemos cambiar los adornos más grandes, al tiempo que tratamos de combinarlos con bolas, y así, de esa manera, logra un conjunto, que le dé entidad al árbol.
Este año la propuesta es muy original y brillante: haremos figuras para colgar en el árbol con un kit de cortadores de galletas. Los hay de muchas formas: estrellas, corazones, y hasta he encontrado angelitos.
No es muy complicada su elaboración y le da un toque de distinción. Solo se necesitan un poco de pegamento y purpurina plateada, y para rematar y cinta de Organdy. Con un pincel se pinta el cortador y después se agita dentro de una bolsa de plástico llena de brillo de color. Dejamos que se seque toda la noche y al día siguiente se le pega una cinta en la parte superior con pegamento caliente.
Estoy deseando que llegue este día. De alguna forma, este momento es el que marca el inicio de la Navidad, dónde se renuevan las ilusiones y el deseo de compartir un año más el calor del hogar y el amor de la familia. Después llegará el momento de recoger todos los adornos, volverlos a guardar en sus cajas, y devolverlos al armario en el que permanecerán discretamente apartados a la espera de la siguiente Navidad.