Cualquiera que tenga niños pequeños en casa conoce la diferencia que supone pasar las fiestas navideñas con o sin ellos. La Navidad con niños se convierte en una fiesta cargada de ilusión y alegría, los mayores se ven impregnados de ese espíritu inocente que nos transmiten los niños y se vive de una forma más intensa.
Cualquier pequeño acto que tenga relación con la Navidad se puede aprovechar para pasar un rato de lo más agradable, desde pasar una tarde escuchando y cantando villancicos, hasta ese momento tan esperado por los pequeños, la colocación del árbol y el belén.
A los niños les encanta participar en la decoración navideña de la casa
El momento de la decoración es uno de los que más ilusión hace a los niños, a partir de ahí comienza la Navidad para ellos.
Es bueno introducirles en los preparativos, nos pueden acompañar a comprar los adornos y sobre todo participar en todo el proceso decorativo.
El elemento que no suele faltar en una casa con niños es el árbol de Navidad. Se debe elegir un lugar adecuado, donde luzca pero sin molestar, si tiene luces hay que intentar que esté cerca de un enchufe. Los niños nos pueden ayudar a colocar las bolas, el espumillón, las piñas, las estrellas, las campanas... seguro que se pasa una tarde de lo más entretenida intentando que quede perfecto.
El belén es otro clásico en la decoración navideña, dependiendo del tamaño del mismo le dedicaremos más o menos espacio. Hay belenes que requieren una gran inversión de tiempo, pero vale la pena ver lo que se esfuerzan los niños y lo orgullosos que están de su nacimiento, además podemos hacer que cada año sea diferente con pequeños detalles.
La decoración del hogar se puede completar como más nos guste, centros navideños, muñecos, figuras de espuma en las ventanas, luces en el balcón, dibujos de los niños... La imaginación es la encargada de poner el límite. Lo bueno es que podemos repartir todo este proceso decorativo en varios días, alargando así estos momentos tan especiales.
Además de la decoración hay muchas otras actividades que les gusta, como cocinar, preparar felicitaciones, etc
Una vez está la casa a punto podemos implicarnos en otras actividades que también van a ayudar a los niños a sentir la fuerza de esta festividad. Por ejemplo podemos dedicar una tarde a realizar dulces de Navidad, recetas hay muchas y muy variadas, algunas son sumamente sencillas por lo que se pueden encargar a los niños.
Otra idea es realizar felicitaciones navideñas que enviar a amigos y familiares. Papeles de colores, cintas, lazos, purpurina... los niños lo pasarán muy bien preparando estas tarjetas, incluso podemos dejar un rincón especial en casa para mostrar su obra.
Y porqué no, en este proceso decorativo podemos dedicar un día a preparar disfraces navideños, desde Papá Noel a los Reyes Magos. Los niños eligen su personaje y un día concreto pueden jugar a representar sus papeles o llevar su corona o gorro cuando salgan de paseo.
Las fiestas navideñas son una gran oportunidad para disfrutar con los niños de actividades que normalmente no se realizan a lo largo del año, por eso lo mejor es no dejarlas pasar y aprovechar al máximo todo lo que ofrecen.