Revista Arquitectura
El retro, tradicionalmente, se asocia con los años sesenta y setenta del siglo XX, y con los motivos que entonces estaban de moda, pero en los últimos años también hay un importante revival de todo lo relacionado con la década de los ochenta. Así, la psicodelia, el rock and roll y los primeros avances tecnológicos conviven sin tapujos en un hogar retro, una especie de templo del pasado y la nostalgia.Los muebles deben ser minimalistas y de estructuras simples, generalmente inspirados en las formas geométricas más básicas: redondos y rectangulares. Los colores pueden ser muy variados, aunque si nos decidimos por un estilo que recuerde a los setenta predominarán los verdes y morados, mientras que si nos fijamos en los años ochenta será más habitual utilizar el naranja, el gris, el marrón o el amarillo.Una buena idea para encontrar complementos adecuados es acudir a una venta de garage, una feria o una tienda de antigüedades. Por un módico precio podemos encontrar cuadros inspirados en el arte pop, primeros modelos de televisores o teléfonos, o incluso carteles de cine de época; todos ellos contribuirán a convertir nuestro hogar en una entrañable máquina del tiempo.