En casa no tengo ningún cojín, cero.
Y estarás pensando, si no tiene cojines en casa ¿por qué me va a hablar sobre cojines? Tengo una razón muy convincente, me encantan, me gustaría sentarme en el sofá y apoyarme en cojines blanditos, suaves.
Dormirme la siesta rodeada de ellos.
Pero no puedo tenerlos, Meme los odia, los destripa, les saca el relleno hasta que no queda nada, y después se tumba encima de ellos, como signo de victoria.
Y así no se puede.
Hace algún tiempo en esta casa vivían unos cojines preciosos, de colores vivos y bordados a mano, de inspiración India, pero cuando llegó Meme, los cojines dejaron de existir, un día llegué a casa, y ella muy satisfecha me miró, y me mostró su victoria.
Mis cojines preciosos yacían en el suelo destripados, sin vida, y sin posibilidad alguna de recomponerlos.
Así que aquel día juré no volver a comprar ningún cojín, pero tengo que reconocer que los echo de menos, me encantan, es por eso que te quiero enseñar algunos de mis cojines favoritos, con los que a veces sueño.
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