Lo de los defectos registrales es algo que para mí está en el día a día, y lo sobrellevo con bastante estoicismo y dignidad, pero siempre sale alguna cosilla que me estresa algo más de lo habitual. Y no hablo de grandes defectos registrales que requieran de mucho trámite para solucionarlos, o que incluso sean insalvables; a veces son más bien tonterías, pero tonterías que reflejan lo mal que funcionan las cosas a veces (a menudo, debería decir).
Defectos registrales, una anécdota reciente
Lo llamaré anécdota más que defectos registrales porque tiene relativamente poca importancia, pero como digo, tiene a la vez su enjundia y creo que hay que comentarlo. En este caso me refiero al Registro Mercantil de las Palmas y sobre unas cuentas anuales.
Desde hace tiempo las cuentas anuales se presentan en disquete, lo cual, de por sí, es otro problema. En las cuentas anuales del 2009 ya tuvimos un problema con todas las presentadas en el Registro de Barcelona. Todas nos vinieron con defecto y tuvimos que pagar porque decían que los discos eran ilegibles, cosa nada lógica porque nosotros siempre los verificamos en dos ordenadores después de grabados, pero aún así, siempre puede que pase con alguno, pero era absurdo que fuera con todos los de Barcelona precisamente cuando en otros registros no había habido problemas de lectura. El caso es que recurrimos y al final nos dieron la razón porque el problema lo tenían ellos en el lector.
Ahora ha pasado algo parecido en las Palmas, pero lo más curioso es que nos llegan las cuentas con dos defectos:
1.- La huella digital es errónea, por lo que existe la imposibilidad de verificar el contenido del soporte digital que contiene las cuentas anuales (Artículo 336.1.3ª del RRM)
2.- El código CNAE consignado en la hoja identificativa relativa a la única actividad principal desarrollada durante el ejercicio social, no se corresponde con el desglose que resulta de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas [...]
Ciertamente el primer defecto es lo que ya había ocurrido en Barcelona en 2009, pero lo que nos descoloca es el segundo defecto. Nos ponemos a comprobarlas todas y parece que lo tenemos bien, además, en otros registros no hemos tenido problemas. ¿Qué ha pasado?
Al final, y después de hablar con el Registro, resulta que nos dicen que el segundo defecto aparece a causa del primero, o sea que, como no han podido leer el disco, pues dicen que todo está mal y que no coincide el número que, lo que pasa, es que no han visto. La verdad es que es para alucinar. Además, comprueban los discos antes de recoger los defectos y ¡milagro! Ahora sí que se leen.
Cada vez lo entiendo menos.
Ramón Cerdá
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