Revista Opinión

Defender la independencia no es progresista

Publicado el 25 septiembre 2015 por Manuhermon @manuhermon
Defender la independencia no es progresista Cataluña la menos pobre en los índices ponderados de pobreza relativa. El cuadro procede de: ''La Financiación de las Comunidades Autónomas. Acuerdo sobre el sistema de financiación autonómica en el período 1992-1996. Consejo de Política Fiscal y Financiera. (20-01-1992) FIES. Suplemento 40, Papeles Economía Española.1992.''
Nunca me gustó que la secesión tuviera tan buena prensa entre las filas progresistas. Siendo un aspecto del nacionalismo, -históricamente en las filas de todas las izquierdas considerado una losa carca- aquí ha sido juzgado de distinta manera por la progresía y parte de la izquierda, que odiaba hasta la médula al nacionalismo, si era español, y amaba cualquier otro nacionalismo. Quizás le cegó que luchaba contra el Estado y éste le recordaba teñido de franquismo, pero aquella simpatía que debió terminar en la Transición, continúo, y lo más sorprendente es que sigue. Está claro que a nadie se le puede obligar a querer, pero tampoco a callar.
‘Cada mochuelo a su olivo’, debería haberse producido desde entonces, en que los ojos de muchos marxistas y anarcos hacían chiribitas al ver el apoyo festivo que mostraban miles de personas a las manifestaciones tras las banderas nacionalistas. Lo cortés, lo respetable, lo democrático,…no debería nunca llegar hasta apartarse y dejar paso libre a ideas retrógradas y enmudecer las propias ideas. Lo emocional ayer y hoy empuja la política despojándola de racionalidad, máxime las pulsiones nacionalistas que influyen a gentes de izquierdas dejándolas paralizadas, cuando no se suman abiertamente a las fuerzas derechistas que defienden la independencia. Lo cual realizan tragando ‘sapos’ tremendos y olvidando ideas izquierdistas; conceptos como solidaridad, justicia, libertad, igualdad se dejan aparcados por gentes progresistas ante la avalancha independentista a la que se untan ungüentos de identidad modernista. Resulta asombroso que sectores izquierdistas apoyen la independencia de los nacionalismos periféricos, que algunos justifican haciendo paralelismos con la independencia de los pueblos oprimidos del tercer mundo. Increíble que se extienda la confusión de que Euskadi y Cataluña fueran colonias de España, como país opresor y explotador, yo no fui nada de eso, ni mis familiares, ni millones de españoles extremeños, andaluces, castellanos, manchegos, etc.
Es de torpes, pretender justificar el apoyo a la independencia como progresista, comparando esos territorios con colonias en las que se hubiera colocado en puestos de gobierno a los españoles represores y a virreyes en los controles económicos. Amén de una terrible mentira que insulta la inteligencia y a los pueblos que fueron realmente oprimidos de América o África. Un viaje por los pueblos catalanes o vascos observando las calles, fábricas, obras, transportes, bares, comercios…podrá mostrar a los individuos que trabajan y los que ocupan puestos de privilegio, de mando, de posesión y riqueza, un paseo por las ciudades, teatros, ‘liceos’, puertos, clubes, prensa, radio, teles, fiestas, etc. mostrará qué apellidos influyen en la vida cultural, económica, política, social. Desde luego nada que ver con una colonia explotada por España. Aquí ha existido mucha vaguería intelectual entre los izquierdistas para dotarse de discurso propio ante cuestiones complejas y se ha tomado la salida fácil de ponerse en la trinchera contraria a la de la carcunda españolista. Una vez más el pensamiento dicotómico tan español, de aquello o esto, ha jugado una mala pasada a los individuos progresistas que para posicionarse en contra del españolismo se juntan con la carcunda catalanista,–tampoco es tan difícil ver a los dos aliados CiU y PP en las políticas neoliberales-. Con lo fácil que hubiera sido recordar aquella vieja sentencia de, ‘los dos son peores’, y ponerse a reflexionar sin sentirse preso de ninguno de ellos.
Vaya explotadores coloniales chapuceros que serían los españoles, permitiendo que en Euskadi y Cataluña se haya desarrollado la mejor calidad de vida y el mayor desarrollo político y económico de España. Sin olvidar que sus oligarquías después de la guerra civil formaran parte del núcleo dirigente del franquismo político y económico que hizo la acumulación de capital posterior a la guerra apoyándose en la miseria de los vencidos españoles. Todos juntitos, ricos y pobres, empresas y trabajadores, poderosos y desvalidos se abrazan dentro de un 'mix nacionalista' supuestamente de orden superior. Pero ni toda la población catalana mantiene las mismas ideas, ni tienen iguales intereses. Identificar Cataluña, o Euskadi, con el independentismo, o nacionalismo, fue un error monumental de las izquierdas al permitir esta cesión identificadora de una parte con la totalidad. Escuchamos en el Parlamento hablar a PNV o CiU, -con muchos menos votos que IU y muchos más escaños- o resto de soberanistas, hablar en nombre de los vascos o catalanes estamos falseando la realidad y perdiendo una batalla importante, ellos representan una parte, sin duda, pero desde otros escaños podrían levantarse parlamentarios hablando en nombre de otros vascos y catalanes.
El presidente Mas en sus comparecencias internacionales presume de Cataluña que como estado independiente estaría situado en el pelotón de los ricos de Europa, con lo cual está tirando por tierra todo el lamento argumental de pobrecitos a los que España expolia. Qué país tan raro sería este expoliado que se mantiene como una de las regiones europeas con mayor riqueza. Es de suponer que con estas declaraciones al mismo tiempo les está aclarando a los millones de izquierdistas que Cataluña es un país boyante al que no le encaja su expresión ‘España nos roba’ y que, con la independencia se trata de un asunto entre ricos, de irse con los adinerados sin que la pasta se la toquen los otros.
Decía ayer, que la manifestación pro-españolista del día 12 en la plaza Cataluña, me parecía un error. Metedura de pata, las declaraciones del Ministro de Educación de España, y otras como las llamadas a los tanques... todas en la vía del enfrentamiento no del convencimiento. Pero entonces ¿tú qué harías? Hablar, hablar mucho, dialogar, aclarar, explicar, porque otra gran metedura de pata es el silencio. –Sí, ya sé que también se presiona, aquellos y éstos, la diplomacia interior, la exterior, la política en definitiva es una lucha entre fuerzas distintas que cada uno jugará con todas las bazas a su alcance. Intentar convencer a los convencidos no parece rentable, el estilo de mitin electoral para los tuyos no suele modificar voluntades; movilizar y hacer ostentación de fuerzas no es prudente, por un lado porque si muestras menos fuerza que los otros, te puede salir el tiro por la culata y dar mayor peso al contrario, y el independentismo ha conseguido movilizar a muchas personas, por otra parte las amenazas de usar mayor fuerza, no convencen a los dudosos y por el contrario suman adeptos secesionistas. Todo se agrava, si se meten por medio los fachas, con sus numeritos y la derechona hace peticiones de tanques o guardia civil.
Ahora bien, como la pregunta me la hacen a mí, un individuo, aislado, sin poder… la respuesta es la de potenciar la palabra, las argumentaciones, dirigida fundamentalmente a zonas de izquierdas. No creo probable convencer a independentistas ideológicos, tradicionales, identitarios de corazón, aquellos que representaban no hace demasiado un 10% en Cataluña. Pero soñaría con una pequeña contribución, trataría de influir en algunos individuos socialistas o de ICV, en sus militantes y bases sociales, aquellos que se apuntaron últimamente a esta ‘movida’, para que no se dejaran arrastrar por cantos de sirena ventajistas y economicistas y mentiras sobre colonia y país explotado, como se leen en la red y los medios catalanes. No nos engañemos, la secesión se impulsa y agita por los poderes catalanes, principalmente, por su mayor nivel económico respecto al resto de españoles, a pesar de que existan algunas cifras recientes de pérdida de posiciones, afectados como todos por la gigantesca crisis que padecemos.
Defender la independencia no es progresista
El independentismo ha subido como la espuma en los últimos años, apoyado en dos factores explosivos y de gran uso propagandístico: 
a) El tema del nuevo Estatut percibido como un fracaso por las fuerzas políticas catalanistas, máxime cuando el Tribunal Constitucional sentencia en contra de un proyecto aprobado en el Parlament y en las Cortes Generales, y sometido a referéndum aprobatorio por el pueblo. Parece que algo funciona mal, ningún Tribunal debería tener poder para sentenciar DESPUÉS del proceso. ¿Por qué no opina antes de ser aprobado y refrendado? Cambien las leyes para ello. Y
b) La grave crisis económica, de la que esperan mejorar independizándose de los ‘vagos españoles’, con similares posturas a los alemanes, finlandeses y holandeses, cuando dicen estar hartos de pagar a los ‘vagos del sur’.
Ambos aspectos, bañados por las campañas anti catalanistas oídas desde los gobiernos de Aznar que con ello pretendía además excluir a los socialistas como españoles para aumentar votos en toda España. Otro factor que ha contribuido han sido los silencios de partidos y fuerzas sociales en tratar el tema nacionalista en sus vertientes teórica, económica, ideológica, política, no como enemigo que se opone al nacionalismo españolista, sino como opción carca, anti progresista, defensora de privilegios y exclusiones, en muchas ocasiones teñido de xenofobia y racismo. Recuerden ustedes el plan Ibarretxe, con vascos de primera y segunda, utilizando hasta el criterio del factor Rh, no me hagan tragar esto como progresismo por favor.
La tarea es difícil, máxime con esta derecha torpe y excluyente, tan proclive a marginar de cualquier proyecto común a todo el que no sea como ella. Esta es una de las razones que explican en parte el desierto argumental contra el nacionalismo desde las filas izquierdistas, nadie quiere que le igualen a quien le excluye. ¿Ustedes creen que las políticas anticrisis demandaban las tropelías cometidas por Gallardón con los derechos de las mujeres?, ¿o la reforma educativa de Wert? O tantos etc. ¿Ustedes creen que es de recibo arrogarse el monopolio de España y su defensa? Pero ¡ojo!, los otros nacionalistas, vascos, catalanes, no crean que son mejores, no piensen que en sus proyectos sociales habrá mayor libertad, igualdad, justicia, solidaridad… no parece indicarlo sus opiniones, ni sus textos teóricos, ni políticas actuales, ni sus intereses económicos. Defender la independencia no es progresista Los sentimientos de pertenencia en las encuestas de la Generalitat: Se sienten solo catalanes, aproximadamente un 20%; por estas fechas de la sentencia del Estatut comienza a subir la curva azul turquesa que lo refleja. Mas catalán que español se mantiene, la línea malva; y desciende la línea verde que es sentirse tan español como catalán. La agitación post sentencia impulsó tendencias.


Extractos de mi libro, de descarga gratuita ''Catalunya. Camino a la secesión''

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