Si la clase dominante ha perdido el consenso, ya no es ‘dirigente’, sino únicamente ‘dominante’, detenta la pura fuerza coercitiva, lo que indica que las grandes masas se han alejado de la ideología tradicional, y ya no creen en lo que antes creían.
Antonio Gramsci
El discurso apocalíptico del Presidente del Gobierno donde dice que no hay alternativa a los recortes implica la muerte de la política, sino hubiera posibilidades de elección no haría falta elegir entre opciones políticas diferentes, ni siquiera harían falta elecciones. Una política sin posibilidad de elección no es política, una sociedad donde solo se puede hacer aquello que los mercados quieren no es una democracia, es un Estado de excepción.
Partir del desencanto con la política o de la “convenida decadencia de la denominada clase política” para aterrizar en la muerte de la política es un discurso peligroso. Que este discurso venga de quienes se dedican en exclusiva a la política no deja de ser surrealista, como si no creyeran en aquello que vienen haciendo hace mucho tiempo o lo utilizaran como plataforma para alcanzar otros fines.
Con medidas populistas como las tomadas en el Parlamento de Castilla-La Mancha donde las dedicaciones exclusivas desaparecen y pasaran a ser asistencias a las reuniones entramos en un modelo peligroso. La política es una dedicación comprometida, por lo menos en la izquierda debería ser así, pero en determinados momentos requiere de una dedicación exclusiva para realizar una labor que, si las personas que necesitamos trabajar no hacemos, podrán hacer solo aquellos que por su situación económica privilegiada no tienen esa necesidad. Con lo cual se está condicionando a que determinadas personas no se puedan comprometer en política y dejando esta en manos de quienes la pueden tener como hobby para mejorar los intereses del poder económico.
¿Puede un periodista dedicarse al periodismo en su tiempo libre, cobrar por asistencias a ruedas de prensa, por preguntas realizadas, por entrevistas hechas? Probablemente sí, pero habrá que reconocer que la dedicación no podrá ser la misma. La reflexión que tiene que haber en nuestra sociedad es si necesitamos una información veraz y comprometida, libre de corrupciones e interesada en la búsqueda de la verdad. Como dice Pascual Serrano: “Hablo de un periodismo que, además de un instrumento de información, sea una herramienta de pensamiento y de creación que ayude al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”
Podríamos extrapolar el ejemplo a múltiples actividades humanas y discernir si merece la pena una dedicación a la misma desde un interés general para la mayoría. Reivindicar la política como un espacio de construcción colectivo para la mayoría donde se utilice dicha dedicación para ponerla al servicio del pueblo. Al final la dedicación a la política es otra actividad que molesta a los mercados cuando se puede ejercer de un modo que cuestione el status quo. No es posible para el sistema una política que le cuestione, quitémosles medios para entorpecer que la clase trabajadora pueda defender sus intereses.
Mientras todo está bajo control no hay problema, cuando el cuestionamiento crítico avanza se ponen nerviosos y tienen miedo. Que se defienda la política como medio para alcanzar el bien común, una redistribución justa de la riqueza y una sociedad que hable en términos de justicia, no puede obviar que el sistema económico neoliberal y el político, bipartidista tiene que cambiar hacia un modelo distinto. Llamémosle Socialismo y revolución. Y sigamos trabajando para construirlo.