“Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la conciencia de los de mi parte el puso de la actividad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ela, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella existe es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos.”
Antonio Gramsci. Odio a los indiferentes.
11 de febrero de 1917
Quisiera recoger este premio a nuestro juicio inmerecido exponiendo que lo que nos diferencia a quienes estamos en un cargo con responsabilidad política no es el trabajo sino la ideología. Libramos una batalla ideológica contra quienes fomentan el abstencionismo y la baja participación para tenerlo todo controlado.
Parto del planteamiento de Victorio Macho, desde el Cristo del Sermón de la montaña, ese que decía: “Bienaventurados lo que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados”. Desde ahí es desde donde yo entiendo la participación política y por eso quiero compartirlo:
- Con quienes apuestan por el cambio social para poner a la mayoría de la población en el centro de las políticas a realizar.
- Con quienes se organizan en un movimiento social y/o político para colectivizar sus luchas.
- Con los militantes y simpatizantes de IU que se incardinan en esas luchas con la esperanza de transformar Palencia en una ciudad más justa.
También decir que ni en la dictadura ni en la transición este premio contra la política hubiera sido posible ya que significa una deriva hacia la desilusión y hacia la desmovilización ciudadana. No eran los mismos quienes defendían la dictadura que quienes luchaban por la democracia. No se puede gobernar para todos ni por medio del consenso sino para la mayoría y defendiendo los intereses de la mayoría.
A nuestro juicio este Cristo a la tristeza significa un reparto injusto de responsabilidades y un análisis equivocado de la realidad. Es como si premiáramos a Nutrexpa por su intención de deslocalizar la fábrica de Palencia y lo hiciéramos por igual al representante de la empresa y a los de los trabajadores. Los intereses que defienden unos y otros son distintos. Como también pasa en el Ayuntamiento de Palencia.
Hay gradaciones de responsabilidades donde también además de las fuerzas políticas habría que incluir a la ciudadanía, cómplice mediante el voto y la desmovilización de las políticas que lleva a cabo un partido en todas las instituciones del estado.
Todos los políticos no son iguales, la clase política no existe, existe una clase trabajadora vinculada a la política y personas en política que defienden otros intereses de clase distintos a los de la mayoría social. Defiendo a la política porque quien no toma partido está dejando que otros decidan por él. Eso es lo que buscan indirectamente quienes fomentan la desafección de la vida ciudadana y el reparto por igual de responsabilidades, la renuncia a una forma de hacer política desde la participación. El voto electoral solo no vale, hablamos de democracia representativa frente a una propuesta de democracia participativa donde el día después de las elecciones controlemos a quienes elegimos como representantes para que cumplan la palabra dada.
El todos son iguales es interés de los corruptos y de los corruptores, de los que suele hablarse menos. Según eso quienes han presentado la Querella a Bárcenas por la financiación irregular de un partido son iguales que los supuestos corruptos y ahí el mensaje que se transmite es el de todo está permitido.
Eso no es así, no todos somos iguales. Hay quien cree que otra política ligada a la ética es posible, que hay que fijarse en lo que hacen los representantes políticos más que en lo que dicen, en si son coherentes, si son consecuentes, si son personas íntegras, en si luchan por aquello en lo que creen o se dejan llevar por las voluntades del partido, …
Soy lo que hago, desde los de abajo, al servicio de los que no son escuchados, los últimos, quienes cruzan la frontera en busca de una vida mejor. Ningún ser humano es ilegal.