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Revista Cine
Esta es la historia de cuatro amigos que deciden alejarse un poco de la civilización y dedicar un fin de semana a recorrer un río en canoa. El grupo está liderado por Lewis (Burt Reynolds) un tipo que se esfuerza por transmitir virilidad por los cuatro costados. Lewis es un teórico del llamado preparacionismo, un movimiento que ha obtenido hoy día una gran popularidad y que aboga por estar alertas frente a un presunto desmoronamiento social inminente. El río se encuentra en una zona en decadencia, que vivió mejores días cuando contaba con una industria y una población cuyos restos van a ser devorados próximamente por la construcción de una presa. Pronto el grupo de amigos se van a ver arrastrados a un auténtico viaje al corazón de las tinieblas en el que van a sufrir una serie de duras experiencias que van a tener que afrontar a través de una serie de decisiones de carácter moral. Defensa es una película verdaderamente mítica, sobre todo por la libertad con la fue rodada, sin censuras de ningún tipo, incluyendo escenas no aptas para todas las sensibilidades, pero que son necesarias para lo que Boorman quiere narrar. De la experiencia el grupo saldrá totalmente transformado: de sus cómodas vidas han pasado en un abrir y cerrar de ojos a padecer el lado más oscuro de la existencia. El paisaje, frondoso, oscuro y a la vez ominoso en el que se desarrolla la historia es casi como otro protagonista. Al parecer los actores pasaron también por una experiencia extrema en un rodaje con escasas medidas de seguridad, por lo que sus expresiones de cansancio, temor e incertidumbre son en gran parte auténticas. Una cinta irrepetible que resume un momento de libertad expresiva en el ámbito cinematográfico que difícilmente va a volver en el contexto actual.